Una de las teorías más aceptadas de la ciencia está siendo rebatida y la materia oscura podría ser la causante.
Durante décadas, los astrónomos han asumido que el universo se expande a la misma velocidad en todas direcciones. Pero un nuevo estudio, basado en las observaciones de rayos X XMM-Newton de la ESA, Chandra de la NASA y ROSAT del Centro Aeroespacial Alemán (DLR), sugiere que esta premisa básica de la cosmología podría no ser cierta.
Konstantinos Migkas, investigador doctoral en astronomía y astrofísica de la Universidad de Bonn (Alemania), y su supervisor, Thomas Reiprich, querían verificar un nuevo método que permitiera a los astrónomos demostrar la llamada "hipótesis de isotropía". Según este postulado, a pesar de ciertas diferencias locales, el universo tendría las mismas propiedades en cada dirección a gran escala.
Ampliamente aceptada como consecuencia de la física fundamental comúnmente aceptada, esta hipótesis se ha visto respaldada por observaciones de la radiación cósmica de fondo (CMB). Esta radiación, remanente directo del Big Bang, refleja el estado del universo en sus primeros tiempos, cuando apenas contaba con 380.000 años de antigüedad. La distribución uniforme de la CMB en el firmamento sugiere que, en aquellos primeros días, el universo debía de estar expandiéndose con rapidez y a la misma velocidad en todas direcciones.
No obstante, en el universo actual puede que esto ya no sea verdad. "Junto a otros colegas de la Universidad de Bonn y de la Universidad de Harvard, observamos el comportamiento de más de 800 cúmulos galácticos en el universo actual", explica Konstantinos. "Si la hipótesis de isotropía fuera correcta, las propiedades de los cúmulos serían uniformes en todo el firmamento. En cambio, vimos diferencias significativas", añade en un comunicado.
Los astrónomos usaron mediciones de temperatura en rayos X del gas extremadamente caliente que impregna los cúmulos y compararon los datos con el brillo que mostraban en el firmamento. Los cúmulos con la misma temperatura y situados a distancia similar deberían tener un brillo parecido, pero eso no es lo que los astrónomos observaron.
"Vimos que los cúmulos con las mismas propiedades y temperaturas similares parecían menos brillantes de lo que esperaríamos en una dirección y más brillantes en la otra", explica Thomas. Según apunta, la diferencia es "significativa", de alrededor del 30%. "Y no se trata de diferencias al azar, sino que presentan un patrón claro dependiendo de la dirección en que observásemos el universo", agrega.
Posible causa: la materia oscura
Antes de cuestionar el modelo cosmológico, ampliamente asentado y que supone la base para calcular las distancias de los cúmulos, Konstantinos y sus colaboradores buscaron primero otras explicaciones posibles. Quizá podía tratarse de gas no detectado o de nubes de polvo que oscurecieran la visión e hicieran que los cúmulos en ciertas áreas pareciesen menos brillantes. Pero los datos no apoyaban tal posibilidad.
En ciertas regiones del espacio, la distribución de los cúmulos podría verse afectada por flujos masivos, movimientos a gran escala de materia provocados por la atracción gravitacional de estructuras extremadamente masivas, como podrían ser grandes grupos cumulares. Esta hipótesis, no obstante, también parece poco probable. Konstantinos añade que los hallazgos sorprendieron al equipo.
"Si el universo realmente fuera anisotrópico, y aun cuando solo lo hubiera sido en los últimos miles de millones de años, implicaría un enorme cambio de paradigma, ya que tendría que considerarse la dirección de cada objeto cuando analizásemos sus propiedades", admite.
Por ejemplo, según relata, ahora mismo calculan la distancia de objetos muy distantes en el universo aplicando un conjunto de parámetros y ecuaciones. "Creemos que esos parámetros cosmológicos son iguales en todas partes. Pero si nuestras conclusiones fueran ciertas, ese no sería el caso y tendríamos que replantearnos todas las conclusiones anteriores", afirma.
"Este resultado es verdaderamente fascinante", apunta por su parte Norbert Schartel, científico del proyecto XMM-Newton de la ESA. Tal y como sostiene, estudios anteriores sugerían que el universo actual no estaría expandiéndose de forma homogénea en todas las direcciones, pero este resultado, que constituye la primera vez que una prueba de este tipo se ha efectuado con cúmulos galácticos en rayos X, "tiene una importancia mucho mayor y presenta un gran potencial para futuras investigaciones".
Los científicos especulan que este efecto no homogéneo en la expansión cósmica podría deberse a la energía oscura, el misterioso componente del cosmos que conforma la mayoría (alrededor del 69%) de la energía total. Se sabe muy poco de esta energía; sólo que parece llevar los últimos miles de millones de años acelerando la expansión del universo.
La importancia de la nave Euclid
El próximo telescopio espacial de la ESA, Euclid, diseñado para observar miles de millones de galaxias y estudiar la expansión del cosmos, su aceleración y la naturaleza de la energía oscura, podría ayudar a resolver este misterio en el futuro.
"Estos hallazgos son muy interesantes, pero la muestra incluida en el estudio sigue siendo relativamente pequeña como para extraer conclusiones de tal calado", advierte René Laureijs, científico del proyecto Euclid de la ESA, que dice que si de verdad la ciencia quiere replantearse el modelo cosmológico aceptado, se necesitan muchos más datos.
Es ahí donde entra Euclid. La nave, que será lanzada en 2022, no solo buscará pruebas de que la energía oscura realmente está expandiendo el universo de forma no homogénea en distintas direcciones, sino que también permitirá a los científicos recopilar más datos sobre las propiedades de un gran número de cúmulos galácticos, lo que podría respaldar o contradecir estos hallazgos.
El instrumento de rayos X eROSITA, del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre, también proporcionará muy pronto nuevos datos. Montado a bordo del satélite alemán-ruso Spektr-RG, que fue lanzado recientemente, tiene como misión descubrir decenas de miles de cúmulos de galaxias y centros galácticos activos desconocidos hasta la fecha.
Europa Press
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