Un día como hoy hace 18 años, el transbordador espacial Columbia se desintegraba durante su reingreso a la atmósfera terrestre tras completar la misión STS-107, falleciendo sus 7 tripulantes en el acto. Fue el último accidente mortal en la exploración espacial.
Este 1 de febrero se cumplen 18 años de la tragedia del transbordador espacial Columbia de la NASA. Sus siete tripulantes murieron al desintegrarse la nave al reingresar en la atmósfera.
Tal día como hoy de 2003, durante el lanzamiento de la misión STS-107, que era el número veintiocho del Columbia, una pieza de aislamiento de espuma se desprendió del tanque externo del transbordador espacial y golpeó el ala izquierda.
En la mayoría de los lanzamientos anteriores del transbordador ocurrió daños menores por desprendimiento de espuma, pero algunos ingenieros sospecharon que el daño al Columbia fue más grave. Los administradores de la NASA limitaron la investigación tras el incidente, con el razonamiento de que la tripulación no podría haber solucionado el problema.
Pero cuando el transbordador reingresó en la atmósfera, el daño que los gases atmosféricos calientes penetraron y destruyeron la estructura interna del ala, lo que provocó que la nave espacial se volviera inestable y poco a poco se rompiera. Tras desintegrarse, restos del avión espacial cayeron desperdigados en Texas y Luisiana.
En Tierra, sus familiares no podían creer lo que estaban viendo.
La tripulación estaba formada por el comandante Rick D. Husband, el piloto William C. McCool, el comandante de carga Michael P. Anderson, el especialista de carga Ilan Ramon, primer astronauta israelí; y los especialistas de misión Kalpana Chawla (nacida en la India), David M. Brown, y Laurel Blair Salton Clark.
Después del desastre, las operaciones de vuelo del transbordador espacial fueron suspendidas durante más de dos años, de forma similar a las secuelas del accidente del Challenger.
La construcción de la Estación Espacial Internacional (ISS) también fue suspendida; la estación se basó enteramente en la Agencia Espacial Federal Rusa para reabastecerse durante veintinueve meses hasta que se reanudaron los vuelos del transbordador.
Se hicieron cambios técnicos y organizativos, incluyendo la adición de una minuciosa inspección en órbita para determinar el estado del sistema de protección térmica del transbordador tras soportar el ascenso, y mantener una misión de rescate designada lista en caso de encontrar un daño irreparable.
Hubo una excepción de una última misión para reparar el telescopio espacial Hubble. Las misiones posteriores fueron solo traslados a la ISS para que la tripulación pudiera usarla como un "refugio seguro".
(Europa Press)
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