La agencia espacial había estado debatiendo durante cinco años sobre cuál era el mejor lugar en el que debía aterrizar su nave, el rover Mars, que viajará al espacio en julio de 2020.
La NASA eligió un antiguo delta como el lugar de aterrizaje de su rover Mars 2020, un vehículo no tripulado de exploración espacial, para buscar evidencias de vida en el planeta rojo.
Aunque en la actualidad Marte es frío y seco, el sitio de aterrizaje escogido, el cráter Jezero, fue la cuenca de un lago de 500 metros de profundidad que se abría a una red de ríos hace entre 3.500 y 3.900 millones de años.
Signos potenciales de vida
La cuenca, de 45 kilómetros de ancho, "podría haber recolectado y preservado antiguas moléculas orgánicas y otros signos potenciales de vida microbiana del agua y los sedimentos que fluyeron en el cráter hace miles de millones de años", dijo la NASA en un comunicado.
Al menos cinco tipos diferentes de rocas, entre ellas "arcillas y carbonatos, que tienen un alto potencial para preservar las huellas de vidas pasadas", se encuentran en el cráter, ubicado justo al norte del ecuador marciano, explicó la agencia espacial.
Aterrizaje en el crater
Los científicos debatieron dónde aterrizar el rover durante los últimos cuatro años y llegaron a su decisión tras evaluar un total de 64 sitios posibles.
El vehículo explorador Mars 2020, un proyecto conjunto de la Agencia Espacial Europea y la NASA con un costo de 2.500 millones de dólares, será lanzado en julio de 2020 y tocará tierra en Marte en febrero de 2021.
El rover está diseñado para aterrizar dentro del cráter y recolectar muestras que finalmente serán devueltas a la Tierra para un análisis más profundo, tal vez para finales de la década de 2020.
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