Manuel José Sosa Henríquez, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
Aproximadamente un 10% de la población es zurda. Pero ojo, porque no es ninguna tara. Los zurdos no son mejores ni peores que los diestros, tan solo diferentes.
Se desconoce la razón por la que unas personas son diestras y otras zurdas, muchas veces coexistiendo en una misma familia. Hay muchas teorías al respecto, pero ninguna demostrada. Lo que sí sabemos es que el cerebro de las personas está jerarquizado. Esto quiere decir que un hemisferio cerebral predomina sobre el otro. Como la información está cruzada, en los zurdos en general predomina el hemisferio derecho y en los diestros el contrario. Aunque no ocurre así con todo: por ejemplo, en el zurdo el lenguaje está distribuido de una manera más “difusa” por el cerebro.
En este desarrollo hemisférico y en la lateralización (que establece el predominio jerárquico de uno sobre el otro) parece ser que la genética juega un papel importante. Concretamente se ha identificado un posible gen, localizado en el brazo corto del cromosoma II, que codifica el desarrollo y la lateralización hemisférica. Esa es la buena noticia. La mala es que este mismo gen parece codificar la esquizofrenia, enfermedad que parece ser más prevalente entre los zurdos según algunos estudios.
El porcentaje de personas que son zurdas ha sido el mismo desde que nuestra especie existe. Esto se sabe porque en la pinturas rupestres de Cantabria se ha visto que el 10% de nuestros predecesores homínidos pintaba en las paredes con su mano izquierda.
“Corregir” es contraproducente
Podemos tener la sensación engañosa de que en las últimas décadas el porcentaje de zurdos ha aumentado, pero no es cierto. Lo que ocurre es que en el pasado, la zurdera era mal vista y reprimida. Hace 40 años incluso se “corregía” y no se permitía a los zurdos que utilizasen sus miembros dominantes, especialmente para escribir. Algunos recordamos con horror cómo se nos amarraba la mano a la silla para evitar que usáramos la “mano del diablo”.
Esta costumbre afortunadamente ha desaparecido pues era muy perjudicial para los niños, sobre todo en la esfera del lenguaje. No es una buena idea obligar a los niños zurdos a que escriban con la mano derecha. Al contrario, incluso les puede producir alteraciones neurológicas.
Varios estudios realizados en Londres hace alrededor de un siglo establecieron que hasta un 30% de los niños zurdos a los que se les obligaba a escribir con la mano derecha podrían haber desarrollado tartamudez o dislexia.
Esto fue magníficamente mostrado en la película El discurso del Rey, en la que se exponían las dificultades en el lenguaje (tartamudez) que a lo largo de toda su vida tuvo Jorge VI, padre de la actual reina de Inglaterra, zurdo obligado a utilizar la mano derecha como consecuencia de la rígida educación victoriana.
Como curiosidad, en la familia real británica existen varios miembros zurdos, incluidos la actual reina Isabel y su nieto William. También en la familia real española: la infanta Elena y la princesa Leonor son zurdas.
Ventajas de ser zurdo
Al predominar el hemisferio derecho en los zurdos, éstos están mejor dotados para ciertas actividades, sobre todo las relacionadas con el arte, la música, la pintura o la interpretación. Por el contrario, los diestros lo estarían para las actividades representadas en el hemisferio izquierdo como la escritura y el cálculo.
Considerando que es motivo de celebración, el 13 de agosto de cada año se celebra el día internacional del zurdo. La iniciativa fue promovida por Dean Campbell, fundador de Left Handers International, quien escogió el número 13 por ser considerado por muchos supersticiosos como un número “malo”, precisamente como una forma de luchar contra los prejuicios que aún existen contra los zurdos
Lejos de preocuparnos si uno de nuestros hijos es zurdo, lo esencial es evitar que nadie le obligue a utilizar forzadamente el miembro contrario cuando su cerebro, de forma natural, le insta a que utilice su miembro dominante. Además, a los zurdos se les debería facilitar en lo posible instrumentos como tijeras, reglas y libretas para zurdos (que tienen las anillas a la derecha, donde no molestan) y, en el aula, sillas con pala de escritura a la izquierda.
Manuel José Sosa Henríquez, Catedrático de Medicina, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.