'El callejón de las almas perdidas', la nueva cinta de Guillermo del Toro, llega a nuestra cartelera este 27 de enero. Sin spoilers, te contamos qué tal nos pareció la película.
En 1946, el escritor William Lindsay publicó "Nightmare Alley" ("El callejón de las almas perdidas"), una novela que empezó a escribir años atrás, después de oír la historia sobre un "geek", un término que entonces aludía a los monstruos de feria antes que a las personas apasionadas por la tecnología. "La novela pareció horrorizar a los lectores tanto como me había horrorizado a mí la historia original", dijo una vez el autor. Y ese horror no tardó en captar la atención de Hollywood.
A un año de su publicación, el director Edmund Goulding decidió adaptarla a la pantalla grande bajo una marcada influencia del cine negro, y estrenó, con Tyrone Power como Stanton Carlisle, la historia del ambicioso veinteañero que de ser un charlatán en el mundo de las ferias escala hasta las fiestas fastuosas de la gran ciudad transformado en un mentalista reputado que dice poder hablar con los espíritus.
Más de 70 años después, Hollywood renueva su romance con el libro de Lindsay. Ahora con Guillermo del Toro en la dirección, "El callejón de las almas perdidas" llega a nuestra cartelera este 27 de enero con un 'remake' en el que se rinde tributo a esos 'freaks' que el cineasta Tod Browning popularizó en su cinta de 1932, pero que, al contrario de su predecesora, ha eliminado la sencillez narrativa de su propuesta.
En un metraje de casi tres horas, Del Toro se inclina hacia la espectacularidad de las imágenes, cede ante sus obsesiones por dotar de brillo a sus seres grotescos y recarga sus atmósferas hasta hacerlas suntuosas. Si la original buscaba cincelar la ambigüedad moral del personaje principal, la nueva adaptación ahoga por tramos la exploración psicológica de Stan (interpretado de manera solvente por Bradley Cooper) debido a su grandilocuencia visual.
El peso del reparto
La nueva adaptación de "El callejón de las almas perdidas" camina a otro ritmo: se toma sus pausas, es menos espontánea y busca llenar sus vacíos con más historia, lo cual quizás la convierte en una versión más respetuosa del libro de Lindsay. Sin embargo, el resultado es una película que se torna intrincada de manera innecesaria.
Dividida en dos partes notoriamente distintas, la primera es quizás la más disfrutable, pues tiene a su favor un ambiente festivo que coquetea con lo fantasmagórico, y el peso de las actuaciones de Willem Dafoe y David Strathairn. El primero, brillante en darle forma al director de la feria ambulante: sombrío, maquiavélico y calculador; el segundo, convincente al retratar la decadencia del artista.
La segunda, por otro lado, no adolece de bajas actorales —difícil que un reparto compuesto por Bradley Cooper, Rooney Mara, Cate Blanchett, Richard Jenkins, entre otros, no esté a la altura de una película notable—, pero está contaminada por una solemnidad que la conduce a cierta rigidez en el desarrollo de sus personajes.
Todo ello no quita que "El callejón de las almas perdidas" tenga momentos de gracia. Escenas que, en efecto, recogen de manera lograda el horror del que hablaba el autor que inspiró esta película y gracias a las cuales se redondea un final perturbador, capaz de sobrecoger a quien se haya mantenido indiferente a la estética de Del Toro.
Pero eso no basta. Al menos para un 'remake' que debería haber tenido como referente una cinta que se toma menos en serio.
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EER 3x21 Todo lo que nos gustó (y no nos gustó tanto) de Spider-Man No Way Home
Y por fin llegó el día tan esperado. Vimos la nueva película del amigo Spidey y nos metimos la conversa de la vida, con las referencias y lo que nos pareció el cierre de la saga. Vamos así: Empezamos haciendo comentarios generales; en el minuto 15 hablamos del problema planteado para Peter Parker; desde el minuto 29 hablamos de los villanos (¡oh!, Willem, ¡oh! Alfred), para comentar la aparición de YA SABEN QUIÉNES desde el minuto 52; y ya luego hasta de las escenas post créditos rajamos. Menú completo para ti, que siempre nos escuchas. Ya se viene el final de temporada (o del podcast, quién sabe).
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