Desde el blog El Crítico, se analiza el filme protagonizado por los juguetes más humanos del cine. "Es una interpelación al espectador sobre cuándo llega el momento de reinventarse", sostuvo.
Woody, Buzz Lightyear y sus amigos regresan una vez más con "Toy Story 4", en la que dan la bienvenida a nuevos juguetes. En su fin de semana de estreno, en EE.UU. y Canadá, lideraron la taquilla con una recaudación estimada en US$ 118 millones, aunque se esperaba un desempeño aún mayor.
La película presenta, en su versión en inglés, la inconfundible voz de Tom Hanks como Woody, la de Tim Allen como el impulsivo Buzz y de Keanu Reeves como el nuevo personaje Duke Caboom. El filme ha recibido "críticas brillantes" entre la prensa extranjera y esta es la opinión de nuestro crítico.
POR: JULIO ESCALANTE
Las películas de "Toy Story" han crecido con sus espectadores. A 24 años de la primera cinta hoy, en su cuarto episodio, ya es una saga para adultos nostálgicos. Es divertida para los niños sin duda, pero en el fondo es compleja y no tan alegre.
Como en las películas previas, aquí también hay un juguete en problemas: planes de rescate, persecusiones, juguetes con un deber o que buscan ser queridos. El esquema para hacer entretenido el relato no ha cambiado, pero sí el fondo. Si "Toy Story" (1995) -la primera de Pixar y pionero del cine de animación digital- era sobre Woody y Buzz Lightyear encontrando a un amigo fiel, "Toy Story 2" sobre pertenecer a una familia , "Toy Story 3" sobre salvarse todos de la idea de ser olvidados y de morir, en esta cuarta parte está más presente la idea de tener un rol para toda la vida.
¿Se puede dejar de ser un juguete para niños? Es toda una interpelación al espectador sobre cuándo llega el momento de cambiar, de reinventarse, de que el papel clásico del astronauta y el vaquero acabe, de que la misión culmine. Lo hemos sabido siempre, la saga "Toy Story" habla de las decisiones de las personas a lo largo de una vida, pero te lo cuenta con juguetes.
Lee la crítica completa de "Toy Story 4" en el blog El Crítico.
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