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Luc Besson revive a Drácula en una tragedia romántica: Caleb Landry Jones y Zoë Bleu revelan cómo nació la versión más personal del mito

Caleb Landry Jones y Zoë Bleu protagonizan 'Drácula' (2025), de Luc Besson.
Caleb Landry Jones y Zoë Bleu protagonizan 'Drácula' (2025), de Luc Besson. | Fuente: Luc Besson Production

En conversación con RPP, Luc Besson, Caleb Landry Jones y Zoë Bleu revelan los secretos detrás de Drácula, la nueva apuesta gótica y romántica del cineasta francés. Entre transformaciones físicas exhaustivas, duelos emocionales y un rodaje atravesado por múltiples épocas, el equipo explica por qué esta versión busca el corazón del mito más que sus colmillos.

El conde Drácula regresa al cine, pero no como el monstruo sediento de sangre que domina el imaginario popular, sino como un hombre quebrado por el dolor, condenado a vagar entre siglos en busca de un amor perdido. Ese es el corazón de Drácula —título en español de Drácula: A Love Tale—, la nueva apuesta del director francés Luc Besson, protagonizada por Caleb Landry Jones, Zoë Bleu y Christoph Waltz.

Basada libremente en la novela de Bram Stoker, la película se mueve entre el horror, el romance y la fantasía, con una producción descrita por la crítica especializada como “impecable”: una reinterpretación romántica, profundamente personal y oscura, sostenida por una puesta en escena que destaca por su vestuario, su iluminación y un cuidado extremo por el detalle.

La historia parte de una premisa conocida: tras la trágica muerte de su esposa, un príncipe del siglo XV renuncia a Dios y se convierte en vampiro. Siglos después, en el Londres victoriano, descubre a una mujer idéntica a su amada perdida, y su destino —como su sed— vuelve a despertar.

'Drácula' (2025)

'Drácula' (2025)Fuente: Luc Besson Production

Un Drácula nacido del amor y no del horror

El director Luc Besson no quería filmar una nueva versión de Drácula. Quería filmar con Caleb Landry Jones. Esa fue, según él, la raíz de todo. “Mi interés no era hacer otra adaptación de Stoker. Mi ángulo era trabajar con Caleb”, explica a RPP.

Luego ofrece una metáfora que define su visión artística: “Si pones a cinco grandes pintores frente a la misma modelo, ninguno hará el mismo cuadro. Lo que importa no es la modelo; es el artista”.

Su Drácula, entonces, nace desde una preocupación íntima: la devoción de un hombre capaz de esperar cuatrocientos años para ver otra vez a la mujer que ama. Ese motor romántico, casi espiritual, es lo que lo sedujo del mito y lo que quiso capturar.

Sobre las influencias cinematográficas, Besson es tajante: “Nunca tomo mi comida de otras películas. Ya vienen digeridas por otro director”. Por eso insiste en que cualquier parecido con la versión de Francis Ford Coppola (Drácula, de Bram Stoker, 1992) responde únicamente a que ambas adaptaciones parten de la misma novela, y no a imitaciones ni homenajes conscientes.

'Drácula' (2025)

'Drácula' (2025)Fuente: Luc Besson Production

Un Drácula que se desgarra para renacer

Caleb Landry Jones interpreta a un Drácula múltiple, que envejece, retrocede, muta y se reinventa a través de los siglos. Y para él, este proceso fue tan desafiante como transformador. “Pasamos horas creando la voz, la elegancia, la presencia del personaje”, cuenta.

El equipo trabajó con tacones enormes, pelucas, prótesis y sesiones de maquillaje que podían demorar hasta cinco horas. También entrenó con caballos, espadas y movimientos acrobáticos para construir la fisicalidad del conde. Pero más allá del artificio, su foco fue interno: Drácula como un ser fracturado, movido no por la maldad sino por el duelo, la obsesión y el deseo.

Sobre el lugar de esta versión en el legado del conde, Caleb es claro: “No se siente heredera de nada. Es su propio animal salvaje”. El actor estadounidense, reservado sobre la recepción de la película, añade que evita leer comentarios en redes: prefiere que el film encuentre su público sin la presión del ruido digital.

'Drácula' (2025)

'Drácula' (2025)Fuente: Luc Besson Production

Dos mujeres, dos siglos, una misma alma

Zoë Bleu interpreta a Elisabeta y Mina, dos personajes separados por siglos, pero unidos por la misma esencia. Su llegada al proyecto fue casi cinematográfica: una fotografía suya llegó a manos del equipo, fue recomendada por otro actor del reparto, y después de un intenso casting —que incluyó memorizar diálogos en una noche— obtuvo el papel. “Cuando me lo dijeron, literalmente me caí al piso. No podía creerlo”, recuerda.

La actriz reconoce que el rodaje fue tan mágico como agotador. El mayor desafío: mantenerse centrada en medio del caos natural de una producción de época con cientos de personas moviéndose alrededor. También menciona los corsets —“difíciles para correr y montar a caballo, pero hermosos”— y la complejidad emocional de interpretar a dos mujeres con libertades muy distintas.

Para Zoë, Mina fue el rol más difícil: “Es una mujer atrapada en su época. Una vida sin libertad es aterradora. Elisabeta es lo opuesto: libre, sensual, juguetona. Dejar salir a Elisabeta a través de Mina fue liberador”.

Y sobre la fascinación universal por Drácula, concluye: “Es la historia de alguien que vive para siempre. Y nos recuerda que tal vez la inmortalidad no es tan hermosa como imaginamos”.

Mira el tráiler de Drácula a continuación...

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