El director peruano se embarca en una nueva etapa alejándose de las comedias que lo han caracterizado para adentrarse en el terror psicológico. En esta entrevista con RPP, conversamos sobre su trayectoria, sus nuevos proyectos y los desafíos del cine peruano.
Hablar de Sandro Ventura nos lleva a casi dos décadas de películas definidas por el humor. Desde su debut como director con Talk Show en 2006, hasta cintas como Loco cielo de Abril (2014) y Mundo gordo (2022), que ha trabajado bajo el paraguas de Big Bang Films, la productora que fundó junto a Adolfo Aguilar. Ahora da un paso al costado para enfocarse en proyectos más personales, donde explorará temas más oscuros, que antes "no los hubiera podido hacer".
El año pasado estrenó en cines Prohibido salir, una comedia protagonizada por Anahí de Cárdenas, Renzo Schuller y Merly Morello, donde una familia disfuncional se ve forzada a compartir la cuarentena en casa debido a la pandemia de la COVID-19. “Funcionó bastante bien, a la gente le gustó”, comparte Ventura en conversación con RPP. “Estaremos en tres festivales y el recorrido sigue. Es bonito saber que la película se va a ver en otros países, que la película viaja más que uno”.
¿Qué paso con Big Bang Films?
Junto a Big Bang Films, Sandro Ventura ha dirigido, producido y escrito más de una docena de películas durante los últimos doce años. Aunque la mayoría han sido comedias, como Quizás mañana (2013) y La peor de mis bodas (2016), ambas bajo su producción, también incursionó en el terror con Poseídas (2015) y el drama con El Buen Pedro (2012), estas últimas como director. "Ahora estoy en un periodo en el que quiero dedicarme a mis cosas, a hacer películas para mí", explica.
"Han sido muchos años al frente de una productora. Esto me ha alejado de las cosas que me gustan, como escribir con mayor intensidad, experimentar con géneros más complejos y trabajar en mi profesión: ser cineasta", señala. "No diría que la productora se ha cerrado, solo está en pausa hasta que surja un proyecto que nos reúna nuevamente. Mantengo una relación extraordinaria con mis socios, son mis hermanos. Ellos también están enfocados en sus proyectos, potenciando sus carreras, y eso es válido".
Un giro hacia el terror psicológico
Tras alejarse de Big Bang Films, Sandro Ventura se prepara para su próximo proyecto: un drama de terror provisionalmente titulado El Exorcismo del Alma. “Es una película que se desarrolla entre el drama, el terror y lo fantástico, explorando los fantasmas de la culpa. Es un proyecto más personal que probablemente no hubiera sido viable con la productora”, explica. El reparto lo conforman Francisco Cabrera, Fernando Montenegro y María Grazia Dolci. "Estrenaremos a finales de este año o a inicios del próximo”, añade.
Además, Ventura ha estado trabajando en el guion de una segunda película titulada La maldad entre nosotros. "Son películas más independientes, enfocadas en un terror más psicológico", explica. En esta ocasión, planea incluir vampiros y otros monstruos humanos, que, según él, "terminan siendo peores". Aunque admite tener un gran aprecio por las comedias que ha dirigido, como Papá X Tres, encuentra que el cine fantástico "es una maravillosa que te lleva a otro mundo".
El boom del cine protagonizado por mujeres
Como productor, Sandro Ventura ha presenciado el auge del cine protagonizado por mujeres, un fenómeno que recuerda haber visto nacer con No me digas solterona (2018), dirigida por Ani Alva Helfer. "Cuando estrenamos fue una grata sorpresa por la acogida del público. De hecho, la distribuidora nos había mencionado una cifra diez veces por debajo de lo que se hizo", añade.
“Las mujeres son bastante influyentes en la decisión de ir al cine”, indica Ventura. Sin embargo, ante la aparición de otros títulos que han atraído a multitudes a las salas, advierte sobre la importancia de cuidar las historias para evitar el desgaste de este subgénero, como ha ocurrido con las películas de superhéroes. “La tendencia del cine la marca el cineasta, no la coyuntura”, aclara.
Los desafíos del cine peruano
Para Sandro Ventura, hacer cine en el Perú es tan desafiante como cualquier otra profesión. "A veces, ciertas situaciones me dan rabia. Hay cosas con las que no estoy de acuerdo, como cuando estrenas y los exhibidores, a veces, no son muy justos, pero hay que seguir adelante", comenta. También señala que el mayor obstáculo que enfrenta es el "poco apoyo del Estado para el arte, la cultura y el sano entretenimiento". "El cine peruano paga el 30% de impuestos. Es una locura", cuestiona.
"Al igual que Venezuela nos supera en el fútbol, Santo Domingo nos está ganando en el cine, gracias al crecimiento de su industria respaldada por el Estado", explica Ventura. Sin embargo, aclara que “no se trata de regalar dinero, ya que una película genera beneficios económicos además de culturales”. Otro desafío para el cineasta es la falta de apoyo del público peruano, algo que incluso le ha costado perder proyectos en el extranjero.
"Somos un país complicado que no apoya lo suyo, que no se reconoce, no solo en el cine, sino en general", añade el director. “Nos metemos cabe nosotros mismos. No es un tema de talento o calidad. En el extranjero te dicen: ‘Los peruanos son los principales haters de los peruanos’. Esas cosas deprimen porque ves, por otro lado, las narconovelas que no aportan mucho, pero la gente las elogia, cuando no todas tienen la misma calidad”, expone.
“Perú no es un mercado atractivo para la mayoría de los canales de streaming", afirma. "Cuando me preguntan: ‘¿Por qué no haces algo para Netflix?’, es porque Perú no es una región que les interese, excepto en contadas excepciones y grandes negociaciones, probablemente con alguien que tenga los contactos adecuados en el momento oportuno. De hecho, muchas películas peruanas se están filmando en lugares como Santo Domingo. Eso es un indicio de que algo está pasando”, concluye.
Te recomendamos
Comparte esta noticia