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¿Segunda ola COVID-19 en Perú a la “europea”?

Al menos en el corto plazo y con el nivel de restricciones similar al actual, resulta difícil pensar en una segunda ola de las dimensiones de Europa en el Perú.

La posibilidad de una segunda ola de contagios en Perú es asumida, por algunos recientemente, como un acontecimiento altamente probable y casi indefectible. Europa se ha convertido en el principal punto de comparación para quienes sostienen la idea de que compartiremos el mismo camino. Sin embargo, no deberíamos asumir que el Perú seguirá una trayectoria de contagios similar a la de los países europeos. Existen razones de fondo para creer que no experimentaremos una segunda ola de contagios similar a la de Europa. No obstante, es probable que diversas zonas del país experimenten dinámicas epidémicas diferenciadas y alzas importantes en varios casos, aunque sin llegar a ser de las dimensiones de lo que ocurre en países como Francia o España.

Partimos por resaltar un factor diferencial: después de la primera ola de contagio en Europa, su nivel de seroprevalencia, que permite detectar a quienes tras recuperarse la enfermedad desarrollaron anticuerpos, era significativamente bajo en comparación con lo que ocurrió en Perú. En España el porcentaje que contrajo la enfermedad es de solo un 5%, incluso en ciudades como Madrid -una de las más afectadas por la COVID-19- esa cifra alcanza sólo el 11%. Muy lejos, en cualquier caso, del umbral que fijan los expertos para la inmunidad colectiva.  La reducción de casos en Europa fue claramente por medidas de control epidemiológico tales como aislamiento social, detección y aislamiento de contactos.  En Perú, si bien no existen estudios nacionales de seroprevalencia, ciudades como Iquitos experimentaron altísimos niveles de contagio con cerca del 75% de la población infectada; Lambayeque, muestra un 40%; Cusco un 35%; y para Lima estimamos que superaría el 47%. Algunos de estos estudios mostraron limitaciones, pero podemos concluir que la seroprevalencia, en las principales ciudades del país, sí es significativamente mayor que en Europa.  En el Perú la reducción de los casos no se explicaría por medidas de control epidemiológico, más bien por la cantidad de personas que fueron ya contagiadas.

Unidad de Cuidados Intensivos en Italia en medio de la segunda ola de COVID-19 en Europa
Unidad de Cuidados Intensivos en Italia en medio de la segunda ola de COVID-19 en Europa | Fuente: EFE

Lo anterior nos grafica el nivel de penetración de la enfermedad en las ciudades. Con tal proporción de población recuperada que cuentan con un nivel de protección hacia la enfermedad, resulta difícil pensar que una segunda ola pueda afectar de manera más intensa a esas localidades. De ahí que los efectos de un rebrote en sociedades en los que el nivel de penetración de la COVID19 es aún muy bajo sean significativamente mayores al de contextos como el del Perú en el que el nivel de penetración ha alcanzado niveles importantes.

Por otro lado, un segundo factor que muestra la diferencia en las condiciones para una segunda ola entre ambas realidades es el nivel de restricciones y el sostenimiento de medidas de contención de la enfermedad. Los países europeos flexibilizaron mucho más rápido su nivel de restricciones que el Perú.  Así, en marzo, durante la primera ola de contagio, Francia y España registraron un nivel de “rigidez en las restricciones”*[1] de 87 y 76 sobre 100 respectivamente, puntuación medida según el Government Response Stringency Index disponible en Our World in Data. No obstante, las restricciones se flexibilizaron rápidamente a partir de finales de junio (41 y 39) y aunque recientemente en octubre volvieron a elevarse ligeramente a 46 y 55 respectivamente, su reducción fue sin duda un factor importante para la expansión de la enfermedad. De modo distinto, el Perú ha registrado de manera sostenida uno de los mayores índices de restricción en el mundo. Tempranamente en marzo iniciamos con un 95 que redujimos ligeramente a 89 para junio. Actualmente mantenemos un índice de 82 y tendríamos que reducir drásticamente nuestro nivel de restricciones para igualar el nivel de ciudades europeas.  Los resultados del Google Mobility muestran evidencia que respalda esta diferencia entre Lima y varias capitales de Europa. Mientras que en París vemos, respecto a los mismos días del año pasado, un incremento de movilidad a parques de +7%, y una reducción de -27% en la movilidad a tiendas y sitios de ocio; en Lima por otro lado, la movilidad a parques se ha reducido significativamente un -63% y la movilidad a tiendas y ocio un -66%. Esto refuerza la premisa de que el contagio en Europa ha incrementado en sintonía con el incremento de la movilidad de su población.

Al menos en el corto plazo y con el nivel de restricciones similar al actual, resulta difícil pensar en una segunda ola de las dimensiones de Europa en el Perú. Los casos documentados de reinfección son escasos como porcentaje del total de los previamente infectados. En Iquitos, donde parecería que se alcanzó la inmunidad de rebaño, la protección de la población ha durado ya algunos meses.  Es importante señalar que aún conservamos algunas incertidumbres importantes que podrían cambiar dramáticamente la trayectoria de contagios en el mediano y largo plazo. La primera de las incertidumbres es la temporalidad de la inmunidad de los recuperados.  Aún no es posible determinar en cuánto tiempo un recuperado de COVID19 sería susceptible de ser contagiado nuevamente, aunque hay suficiente evidencia para pensar que la inmunidad es de algunos meses por lo menos.  La segunda, tiene que ver con nuestra capacidad de mantener el actual nivel de medidas no farmacológicas (mascarillas, distanciamiento social, etc.); limitaciones a la movilidad y las restricciones, sobre todo en zonas donde la enfermedad ha tenido menor incidencia y se encuentran poblaciones mucho más susceptibles (zonas rurales, p.ej.).

Creemos que Europa no es una buena referencia para dimensionar la trayectoria de una segunda ola en Perú. Debemos estar atentos y vigilar el devenir de ciudades como Guayaquil y Manaos con dinámicas más cercanas a las de nuestras ciudades y que podrían darnos puntos de observaciones más precisos de los riesgos de flexibilizar y bajar la guardia en plena pandemia.


[1] (Esta es una medida internacional basada en nueve indicadores de respuesta que incluyen: cierre de colegios, centros de trabajo, prohibición de viajes, etc. y que son medidos en una escala de 0 a 100, donde 100 es el escenario más estricto)

NOTA: “Ni el Grupo RPP, ni sus directores, accionistas, representantes legales, gerentes y/o empleados serán responsables bajo ninguna circunstancia por las declaraciones, comentarios u opiniones vertidas en la presente columna, siendo el único responsable el autor de la misma.
Centro Wiñaq

Centro Wiñaq Investigación & Consultoría

El Centro Wiñaq es una consultora de análisis estratégico y centro de investigación. Buscamos el desarrollo social y económico del Perú, con un enfoque de sostenibilidad, a través del análisis político basado en evidencias, así como del diseño de soluciones duraderas a conflictos sociales y políticos.

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