
Imagínense paisana, paisano, que en las redes sociales sólo aparecen las críticas que hacen dos o tres clientes de nuestro restaurante, pero casi ningún comentario positivo de nuestros cientos de clientes satisfechos. ¿Qué hacemos? Solucionamos los temas de crítica, por supuesto, pero también motivamos a que nuestros clientes satisfechos escriban. Porque una crítica repetida le hace más daño a nuestra marca que mil errores reales.
Lo mismo debería pasar con nuestro país, cuya marca es Perú y como toda marca hay que cuidarla, por dentro y por fuera, pero la evidencia es que no apreciamos su importancia y dejamos que el pesimismo y la noticia negativa opaquen la mirada positiva que deberíamos darle.
¿Será que todo está tan mal que se justifica esa mirada oscura sobre el Perú? Sin duda tenemos muchos problemas, pero todos los estudios muestran que individualmente, usted y yo, paisana, paisano, los peruanos nos sentimos capaces de generar un futuro mejor. En Arellano Consultoría, desgraciadamente, vemos también que las personas que tienen una visión negativa del país la comentan y la difunden cuatros veces más que las que piensan positivamente. Sí, lo malo cuatro veces más que lo positivo. Napoleón decía que cien personas que gritan hacen más ruido que cien mil que callan. Eso parece ocurrir aquí, que permitimos que el relato lo dominen los pesimistas.

¿Es razonable querer más inversión extranjera, pero solo hablar de lo mal que van aquí las cosas? ¿Querer que nuestros jóvenes aporten al país, y solo mostrarles motivos para irse? ¿No es un absurdo buscar exportar más, pero dejar que lo único que se vea afuera es que aquí hay conflicto, crisis y caos, dándoles ventajas a otras opciones?
¿Un ejemplo? Mientras aquí nos esmeramos en mostrar la violencia interna, lo que pone al país entre los países no recomendados para el turismo; Colombia, nuevo vecino, que tiene 500% más muertes violentas que el Perú, hace campañas diciéndole a ese turista que “el único riesgo es que se quieran quedar”.
No se entienda que cuidar la marca Perú es maquillar la realidad, pues debemos reconocer lo que está mal y tratar de mejorar, pero es de justicia también decir en voz alta que aquí hay talento, esfuerzo, sabor, historia, ganas, estabilidad económica y tantos otros aspectos positivos.
Por amor a la patria nos toca comprometernos con la marca Perú, ayudando a que sea admirada e impedir que la sigan saboteando. Porque la fuerza de la marca Perú, paisana, depende en gran parte el éxito y el futuro de nuestras empresas, de nuestras familias y del país. ¿Qué podemos hacer usted y yo, paisano, paisana, para engrandecer la marca Perú?
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