
No nos falta razón, paisano, paisana, cuando nos quejamos de muchas de nuestras autoridades: Ejecutivo, Congreso, gobernadores y alcaldes. Pero también es momento de preguntarnos algo incómodo: ¿hemos hecho bien nuestra parte? Porque los casos como los Odebrecht, los puentes que se caen o las obras que nunca se terminan, no aparecen por sí solos. Todo eso empieza cuando elegimos mal… o peor, cuando ni nos importa quién gana.
Un estudio de Arellano Consultoría para Crecer muestra algo tremendamente preocupante: solo el 38% de los peruanos cree que es muy importante elegir bien al presidente. Y solo el 24%. Sí, uno de cada cuatro votantes considera que es clave elegir al Congreso. ¿Cómo esperamos entonces tener autoridades competentes, si ni siquiera le damos importancia al voto?
Peor aún, en cada elección que pasa, más personas simplemente no van a votar. En las últimas elecciones, uno de cada cuatro peruanos; nuevamente, el 25.4 % no fue a las urnas. Pensó quizás que era más útil quedarse en su casa viendo tele o salir a jugar fulbito con los amigos del barrio. O, como salía en nuestras entrevistas, calculaba si era más caro el taxi que la multa por no ir a sufragar. ¿Y luego nos sorprende que los elegidos no nos representen ni hagan lo que el país necesita?

No se trata aquí de moralizar ni dar sermones, sino de darnos cuenta de que, si queremos un país distinto, tenemos que cambiar la forma en que votamos. Es cierto que faltan mejores candidatos, más gente preparada y honesta postulando, pero la democracia no la hacen solamente los buenos candidatos, sino la hacen, sobre todo, los buenos ciudadanos.
Por eso deberíamos empezar a prepararnos para ese voto, no tanto ahora para decidir si vamos a preferir a fulano o mengano, como ya se comenta y empiezan a mostrar las encuestas, sino para reflexionar sobre la importancia de tener buenas autoridades. Reflexionar para entender que elegiremos a quien tomará decisiones que afectan nuestro trabajo, la educación de nuestros hijos, nuestra seguridad.
Ya después podremos analizar con detalle las candidaturas, pero empecemos con darle a nuestro voto la importancia que tiene. Porque, paisana, paisano, si queremos que las cosas cambien y no queremos seguir quejándonos de nuestras autoridades, no basta que para el 2026 aparezcan buenos políticos: necesitamos convertirnos nosotros en buenos votantes. ¿No cree usted paisana, paisano, que debemos dar un primer paso hacia una elección, reflexionando sobre la importancia de hacerlo? ¿Que hoy, antes de empezar a hablar de candidatos, merece que empecemos a conversar y analizar entre amigos y familiares las razones de por qué debemos votar bien? ¿Empieza hoy usted hoy dando el ejemplo?
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