El autor español presenta su más reciente libro "El séptimo círculo del infierno" en el que cuenta 30 relatos sobre escritores que sufrieron todo tipo de violencia para desarrollar su literatura.
El séptimo círculo del infierno de Dante está reservado para los asesinos. Un lugar custodiado por el Minotauro y que alberga a los violentos. Al igual que este lugar, descrito en “La Divina Comedia”, el nuevo libro del autor español Santiago Posteguillo propone dar un paseo por 30 relatos sobre autores víctimas de represiones y persecuciones.
Las mujeres son un eje importante en la estructura del libro. Posteguillo comparte la historia de Sor Juana Inés de la Cruz, Safo y Carson McCullers, algunas de esas grandes autoras condenadas al infierno del olvido en una historia contada por los hombres.
“No se trata de que haya tenido que esforzarme en buscar escritoras para rellenar una cuota. Se trata de que es verdad que la historia- hasta hace muy poco- la hemos escrito los hombres y hemos hablado sobre todo de la historia de los hombres. En este libro parecería que pongo a muchas mujeres y solo pongo el mismo número: 15 escritores y 15 escritoras. Pero, solamente cuando ponemos el mismo número ya parece que hay muchas”, comenta el autor de la trilogía de Trajano.
Para el autor valenciano, el papel de las mujeres en la historia de la literatura ha sido importante. “El séptimo círculo del infierno. Escritores malditos, escritoras olvidadas” es el primer paso para su revalorización. “No estaba tratando de cubrir ninguna cuota de relatos de mujeres en el libro. Si puse ese número es porque busqué la igualdad”, explica.
El relato que da título al libro está relacionado con la autora norteamericana Vera Caspary, desconocida gracias al Comité de Actividades Antiamericanas pese a su destacado trabajo en la novela negra.
“Cuando Adolfo Boiy Casares y Jorge Luis Borges deciden hacer una colección de novela negra, seleccionaban una obra de cada autor, de Agatha Christie, de Chandler, de los grandes autores de todos los tiempos. Cuando llegan a Vera Caspary, no seleccionan una o dos, seleccionan hasta 7. ¿Qué está diciendo, no Santiago Posteguillo, sino Borges? Está diciendo que para él la mejor autora de novela negra es Caspary”, explica.
RELATOS DE HISTORIA
Los escritores y libros sobre los que Posteguillo habla en su colección de relatos sobre literatura forman parte de su carrera como lector. “Mis lecturas de niño es de lo que hablo en “El séptimo círculo del infierno”, “La sangre de los libros” y “La noche en que Frankenstein leyó el Quijote”. Creo que son tan magníficas que todo el mundo debe conocerlos”, afirma.
La labor de estos libros, comenta Posteguillo, también es el de acercar esas grandes obras a los jóvenes lectores. “Ellos pueden creer que un escritor de hace 1000 años no tiene nada que contar, pero no. Por eso intento comenzar contándoles un poco de su vida, acercarles a la intensidad de esos personajes y ojalá a partir de esos relatos sobre escritores, sobre todo el lector joven salte de este libro a querer leer las obras de esos autores”, menciona.
Una situación similar ocurre con sus novelas históricas. “Los jóvenes mantienen la curiosidad innata del ser humano por saber de dónde viene y si les presentas la explicación de dónde venimos de forma entretenida- como lo hace la novela histórica- tiene arraigo”, resalta.
Posteguillo trabaja como un traductor de datos históricos complicados y los vuelve interesantes y atractivos al lector. La investigación previa es clave para sus obras. “Es un proceso bastante largo. Es dedicar bastantes días a investigar, ahí surgen las ideas para cómo contar después lo que quieres recrear.
Yo combino fuentes primarias, es decir escritores que vivieron la época, investigaciones modernas y de fuentes experimentales, que es viajar a los lugares donde ocurrirán los acontecimientos del libro o visitar yacimientos arqueológicos”, afirma.
EL INFIERNO DE LA LITERATURA
Santiago Posteguillo considera a la guerra como uno de los peores infiernos al que se enfrenta el ser humano. En la literatura, hay otros. “El que no te publiquen, el infierno de la página en blanco y que se te muera la imaginación. Creo que son momentos o situaciones en las que un escritor también padece mucho”, menciona.
Para salir de ese infierno, el autor confía en que se debe escribir pensando que lea todo el mundo. “De hecho la literatura que yo hago, tanto en los relatos y las novelas históricas son novelas intergeneracionales: yo tengo lectores de 10 años y de 90 años”, dice.
Sin embargo, el autor considera a los jóvenes como el público al que debe dirigirse todos los esfuerzos por promover la lectura. “Siempre es importante poner mucha atención en nuestra juventud, porque ellos son el futuro. Siempre es bueno estar invirtiendo en ese futuro porque si tenemos una juventud que lea mucho, serán unos adultos más reflexivos y críticos con los que nos gobiernan y les exigirán más. Así que es bueno que se invierta en la lectura y en jóvenes”, finaliza.
Comparte esta noticia