Sostuvo que por mucho tiempo sintió que no podría materializar sus ideales de escritor si no llegaba a vivir en París, idea que hoy le parece ingenua, pero que recuerda con ilusión.
El premio nobel de literatura 2010 Mario Vargas Llosa destacó la importancia de Francia para su formación personal como escritor y para la literatura latinoamericana en general.
Durante la ceremonia de inauguración de dos paneles con textos escritos por el nobel peruano dedicados a la Alianza Francesa, Vargas Llosa -quien estudió en esta institución en el año 1954- recordó sus días en el país europeo, en el cual soñaba vivir desde su infancia.
Subrayó que considera a Francia como una influencia en sus primeros días como novelista.
“París era el país con el que soñaban todos los latinoamericanos con vocación literaria o artística. Para mí, de niño, representaba toda realización de mi vocación; era un mundo que se había difundido en años de poesía, ensayos filosóficos y novelas”, subrayó el autor de La Casa Verde.
Sostuvo que por mucho tiempo sintió que no podría materializar sus ideales de escritor si no llegaba a vivir en París, idea que hoy le parece ingenua, pero que recuerda con ilusión.
“Hoy sin duda es una ingenuidad; hoy hay otros polos culturales y literarios apreciados por las nuevas generaciones, pero para mi generación, y otras que estuvieron por delante, todo estaba relacionado al sueño de Paris. Pero fue ciertamente en Francia donde descubrí que yo era latinoamericano”, manifestó.
Durante este encuentro con alumnos de la Alianza Francesa y personalidades, el escritor resaltó que la presencia de Francia en todo América Latina fue fundamental en el conocido "boom latinoamericano".
“La literatura latinoamericana, el boom latinoamericano, nació en Francia, a principios de los años 60, cuando descubrían en esas tierras que en nuestros países no solo había cuartelazos, charros, sensualidad y barbarie; sino también escritores que renovaban las formas de contar con una resonancia universal”, comentó.
En esa línea de nuevos escritores, puso como ejemplo a Borges y García Márquez, de quien resaltó brevemente su fuerza persuasiva al momento de escribir novelas, hasta las más cortas y sencillas como El coronel no tiene quien le escriba.
Andina
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