El artista llegó a Lima para presentar unas libretas inspiradas en su arte y a poco de inaugurar su galería- café “Amelié” en honor a su fallecida hija. RPP conversó con él sobre su arte, la inspiración y Cajamarca, su tierra natal.
Joan Alfaro pinta como quien respira para seguir viviendo. Para este artista nacido en Cajamarca, el camino que le ha tocado vivir- para dedicarse exclusivamente al arte- ha sido muy difícil. “Aún sigo en evolución, en madurez. Al inicio es frustrante, al inicio te caes, los obstáculos son bien grandes, empiezas por la familia, los padres que te quieren y no quieren que sufras, preguntándose de qué vas a vivir”, comenta.
Pese a los obstáculos en el camino, la historia de Alfaro tiene un final feliz: sus padres lo apoyaron a seguir sus sueños y logró convertirse en un artistas de talla internacional. “Ellos siempre confiaron en mí y me apoyaron, dejaron que creyera mucho en lo que quería. Era persistente, pintaba y pintaba. Desde que lo decidí me fui de frente al mundo del arte de manera autodidacta”, menciona.
Además, resalta la “libertad” que tuvo en Cajamarca para crear su arte. “No tener muchas oportunidades por temas económicos me hicieron aterrizar un poco y darme cuenta que a pesar de eso podía seguir. Lo que hice fue educarme solo y aprendí mucho: fue tropezón tras tropezón, un poco más largo el camino, pero hasta el momento ha sido grato”, explica.
La fuente de inspiración de Alfaro para crear sus obras de arte es fundamentalmente Cajarmarca, el departamento que lo vio nacer y que se ha convertido en la musa para sus diseños.
“Yo vivo allá y creo que por eso emana tanto el tema de la imaginación, es fructífero en mi caso. Para mí es un lugar muy especial, están mis hijos, mi familia, mis amigos, Cajamarca ha crecido como ciudad, para mi sigue siendo un pueblo, las costumbres no se pierden y uno sigue hablando con el vecino de las tradiciones. La nutrición de mi arte siempre ha sido Cajamarca. Yo en Cajamarca solo me dedico a pintar, es todo lo que hago. Para mí eso es lo más básico para el arte, la sensibilidad, con eso hago el arte”, afirma.
Pero Alfaro no es el único artista nacido de la tierra del norte peruano. Y él lo sabe bien. “Cajamarca siempre ha sido cuna de artistas. Estaba Yma Sumac, la gran soprano. Pintores, poetas, han buen arte, fotografía. Hay bastante arte. Cajamarca se mantiene. Lo difícil son los espacios, no hay galerías de arte. Si bien hay museos, son las de siempre, las de antaño. Es difícil ser artista independiente”, menciona.
AMELIÉ
El camino como artista independiente llevó a Joan Alfaro a tomar conciencia del movimiento artístico que se vive en su ciudad. Para él, aún falta mucho por hacer. “Este año estaba descansando de las exposiciones y me dije: haré una galería. Me contacté con el dueño de la casa donde ahora funciona el café y le propuse mi idea, a los tres meses lo cerramos para hacer una galería de arte y café”, explica.
El nombre de su nuevo emprendimiento es el de su fallecida hija y el espacio se ha convertido en una especie de museo a su memoria. “Tenía mucho material de ella y lo exponemos ahí. Se volvió una obra colectiva. Tiene mucha energía, gracias a los sueños y las ideas. Yo tengo un espacio en un balcón, es permanente, soy como un promotor. Tengo grabados, tengo las muñecas que hemos hecho, un registro de mi arte. Los otros espacios son de otros artistas cajamarquinos. Me he convertido en una especie de curador de arte. Hay un escultor, un lebanista. Todo es muy bonito, por donde miras hay un montón de arte”, explica.
Además del lanzamiento de la línea de libretas junto a Faber Castell, Alfaro tiene más proyectos en la mira. “El próximo año quiero hacer un libro recopilatorio de los 20 años de artista plástico. Asociarlo a las ilustraciones para hacer un tour, una gira por el país”, finaliza.
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