A consecuencia de la pandemia, los gobiernos de Latinoamérica tuvieron que amortiguar la crisis sanitaria, económica y social con paquetes de estímulo fiscal.
La pandemia de la COVID-19 no solo generó una crisis sanitaria, sino también económica en Latinoamérica, región que tuvo una caída de 7.7% de su PBI.
A consecuencia de las restricciones para frenar los contagios, millones de personas perdieron sus empleos y cayeron en situación de precariedad.
Pero, ¿cuánto han gastado los gobiernos de América Latina?
Según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Latinoamérica el promedio de gasto en ayudas fiscales fue de un 8.5% del PBI.
Las cifras son menores a la mitad de lo que gastaron economías avanzadas como Europa, Estados Unidos o Japón, donde se llegó a desembolsar hasta 18.8% promedio.
Cabe mencionar que el monto del estímulo fiscal suele estar relacionado con la capacidad de endeudamiento de cada país, por ello, si el país tiene una buena economía es más fácil que le presten dinero a tasas convenientes.
Según información recopilada por BBC Mundo, con datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), estos son los porcentajes promedio del PBI que han gastado los países de América Latina:
- En Brasil el gasto fiscal fue de 8.8%
- En Chile el gasto fiscal fue de 8.2%
- En Perú el gasto fiscal fue de 7.3%
- En Colombia el gasto fiscal fue de 4.1%
- En Argentina el gasto fiscal fue de 3.9%
- En México el gasto fiscal fue de 0.7%
¿En qué se gastaron los recursos?
Ante la pandemia, los recursos se gastaron principalemente en el sistema de salud, los hogares vulnerables y las empresas.
Los diferentes gobiernos de la región ejecutaron paquetes de estímulo fiscal permitió amortiguar los efectos de la crisis, brindaron subsidios, créditos y otros mecanismos para mantener a flote la economía pese al confinamiento.
A diferencia de las economías avanzadas, en Latinoamérica parte de las medidas de apoyo tuvieron que enfocarse en el apoyo a los trabajadores informales que según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), representan al 54% de la población empleada.
"Ellos (los trabajadores informales) vieron una caída dramática de sus ingresos que fue muy parcialmente compensada por las transferencias que el Estado entrega a los hogares vulnerables", dijo Eduardo Levy, decano de la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella (Argentina) a BBC Mundo.
Los especialistas señalan que la entrega directa de recursos a los más vulnerables fue, probablemente, la política más eficiente y necesaria para llegar a los sectores más pobres.
Sin embargo, señalan que faltó apoyo a las pequeñas empresas. Según Mónica de Bolle, investigadora senior del centro de estudios Peterson Institute for International Economics (PIIE), "fue un error porque esos negocios emplean a mucha gente y tienden a ser vulnerables"
"A grandes rasgos más o menos la mitad -tal vez un poco más- de los recursos están destinados a las garantías a empresas y la otra mitad es una mezcla entre los gastos adicionales para atender la emergencia sanitaria, junto a las medidas de apoyo a los hogares y la liquidez de las empresas", señala Emilio Pineda, jefe de la División Fiscal del BID.
Asimismo, indican que los gobiernos de la región fallaron al no poder llegar a tiempo a todos los segmentos más afectados de la población, pues muchas personas no estaban incorporadas a los sistemas de ayuda social.
"Los gobiernos han sido muy pragmáticos y relativamente exitosos en las ayudas de emergencia, pero el gran pecado es no haber tenido esa respuesta preparada para reaccionar más rápido y expandir el universo de beneficiarios", dijo Guillermo Cruces, subdirector del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS) de la Universidad de La Plata(Argentina).
Para tener recursos para todas las medidas que se ejecutaron en la región, los países tuvieron que recurrir principalmente a endeudamiento.
Esto aumentó la deuda pública de América Latina de 58% del PBI en 2019 a 72% del PBI en el 2020.
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