El presidente Pedro Castillo aseguró que la hambruna solo afecta a los ociosos, pero ¿cuántos peruanos en el país cuentan con un empleo digno y con ingresos suficientes para costear una canasta básica de alimentos?
En medio de los temores por el inicio de una crisis alimentaria mundial, el presidente Pedro Castillo señaló este fin de semana que "la hambruna solo le va a dar a los ociosos". Pero, ¿qué tan cierta es está afirmación?
Según información de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), hasta el 2020 la inseguridad alimentaria afectaba a 15 millones y medio de peruanos, cifra cercana al total del número de trabajadores en el país durante ese año.
La situación laboral actual sí tiene un impacto en el hambre, pero no debido a la falta de ganas para trabajar, sino debido a las condiciones a las que se enfrentan los peruanos al buscar empleo.
Hasta abril el INEI reportaba que en Lima Metropolitana el 41.6% de trabajadores estaba subempleados, trabajando por pocas horas y/o con un salario menor al mínimo legal.
"Tenemos una población económicamente activa que, al menos en Lima, el 50% está o desempleado o subempleado, es decir, sus condiciones económicas están muy deterioradas, son muy vulnerables. si unimos ambos efectos, una población vulnerable y precios que se incrementan o incluso productos que escasean entonces podemos decir que la crisis alimentaria se está presentando en un mal momento de enorme vulnerabilidad de los bolsillos de, por lo menos en el caso de lima, en la mitad de la población", explicó el economista y docente de la Universidad del Pacífico, Marcel Ramírez.
Hasta el año pasado, se necesitaba S/ 201 por persona al mes para comprar una canasta básica de alimentos y cerca de 804 soles para una familia de cuatro miembros, según cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Con el salario mínimo del 2021 que era de 930 soles una familia podía alimentarse por un mes, pero no todos los peruanos llegan a ganar el sueldo básico que hoy es de 1,025 soles. Los especialistas coinciden en que son alrededor de 8 millones de personas las que ganan menos de la remuneración mínima vital en el país.
"Uno puede considerar que cerca de 17.3 millones de trabajadores peruanos, 7.7 millones, es decir, el 45% contaban con un ingreso menor al salario mínimo referencial que era en ese entonces en el 2021 de 930 soles. Si ahora consideramos el nuevo salario mínimo de 1,025 soles entonces 8.7 millones de personas reciben un salario menor que este mínimo referencial", explicó la jefa de análisis macroeconómico de Apoyo Consultoría, Donita Rodríguez.
El economista e investigador del Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE), Miguel Jaramillo, recordó que no solo son afectados los empleados con bajos salarios sino también los trabajadores que están en busca de empleo.
"Muchos de ellos (trabajadores que ganan menos del mínimo) están más cerca de la línea de pobreza extrema que otros, esos van a ser más afectados por el aumento de precios de los alimentos y carencia de empleo. Además, hay un millón de peruanos que están buscando empleo, que no tienen ingresos, la situación es realmente crítica para ellos", precisó.
Solo aquellos peruanos que laboran en el sector formal tienen el privilegio de tener el sueldo básico de 1025 soles o incluso ganar más que eso. Por ejemplo, en Lima solo cerca de 5 de cada 10 trabajadores tienen un empleo adecuado. Jaramillo precisa cuál es la situación a nivel nacional.
"Si entendemos por empleo digno el empleo adecuado, tal como lo define el INEI, apenas 7 millones y medio de peruanos tienen un empleo adecuado esto significa que aproximadamente hay 10 millones de peruanos que no tienen un empleo digno", apuntó.
Pero, ¿quiénes son y en qué regiones se encuentran estos trabajadores en riesgo?
"El perfil son jóvenes, que lamentable no han tenido una educación suficiente, que no han concluido sus estudios; mujeres, que son el segmento más vulnerable dentro de la población que está en desempleo y subempleo. Esto se da más, teniendo en cuenta los indicadores de pobreza, en regiones que están en la sierra sur y la selva del país", señaló Ramírez.
La Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) del INEI indica que hasta el 2021 los empleos con mayor vulnerabilidad a la volatilidad económica se encontraban en Huancavelica, Apurímac, Cusco, Cajamarca, Huánuco y Loreto, lo cual coincide con las zonas del país con mayor riesgo de inseguridad alimentaria y pobreza.
"Los departamentos en donde hay más pobreza son Ayacucho, Cajamarca, Huancavelica, Huánuco, y son los que van a ser más afectados por los precios de los alimentos", agregó Jaramillo.
El Índice Global del Hambre (IGH) también presenta coincidencias con lo antes mencionado, pues se reporta que los departamentos del país con más vulnerabilidad ante la hambruna son Apurímac, Huancavelica, Ucayali, Loreto, Huánuco y Ayacucho.
En esas regiones el ingreso real promedio por personas era de entre 807 y 843 soles, según el último informe de pobreza del INEI, lo que significa que apenas podían cubrir una canasta básica que solo tienen en cuenta alimentos.
Tener en cuenta estas cifras permite entender que una situación de hambruna en un país con una tasa de informalidad de más del 76%, donde más de la mitad de trabajadores gana menos del sueldo básico, no es cuestión de ociosidad.
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