La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señala que esto afecta en mayor medida a economías más pobres con una alta dependencia de las importaciones de materias primas.
El precio de los alimentos aumentó en 4.8% en mayo, cerrando el mes con una tasa anual de 39.7%, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Este nivel, el más alto reportado en más de 10 años, se dio a partir de un alza repentina en los precios internacionales de los aceites vegetales, el azúcar y los cereales.
La FAO señala que esto se genera ante la elevada demanda de China por cereales básicos (trigo, soya, etc.) productos que sirve de base de alimentación para buena parte del mundo y para la industria cárnica; además de la grave sequía que sufre Brasil, y los precios disparados de los aceites vegetales para responder a la demanda energética del biodiésel.
El mayor incremento lo tuvo el aceite vegetal, que creció 7.8% a tasa mensual durante mayo en medio de un aumento en las cotizaciones de aceites como el de palma, soja y colza.
Mientras que el azúcar registró una aceleración de 6.8% debido a retrasos en su cosecha y el aumento de preocupaciones por la reducción en los rendimientos de los cultivos en Brasil, el mayor exportador de azúcar del planeta.
Por su parte, los cereales subieron un 6%, impulsados por los altos precios internacionales del maíz. Este último registró un promedio de 89.9% por encima de su valor de hace un año.
Sin embargo, la organización señala que “los precios del maíz comenzaron a retroceder a finales de mayo, fundamentalmente por la mejora de las perspectivas sobre la producción en Estados Unidos. Los precios internacionales del trigo también mostraron un descenso a finales de mes, aunque en mayo alcanzaron un promedio de 6.8% más que en abril, mientras que las cotizaciones internacionales del arroz se mantuvieron estables”.
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