Las relaciones sentimentales en el trabajo generan debate: ¿pueden afectar la productividad o representar un conflicto de interés? Descubre qué permiten las políticas laborales y qué implicaciones podría tener enamorarse en el trabajo.
El Día de San Valentín, cada 14 de febrero, es una fecha que se caracteriza por las demostraciones de amor entre las parejas. En los entornos laborales, convivir varias horas con los compañeros podría dar lugar a una atracción. En el Perú, 6 de cada 10 trabajadores ha experimentado sentimientos románticos en su trabajo, según el estudio 'Match en el Trabajo' de Bumeran.
El abogado laboralista, César Puntriano, indicó que, si bien nuestra legislación no prohíbe las relaciones de pareja o matrimonios entre compañeros de trabajo, “las empresas deben ser cuidadosas”.
“El amor no está restringido en lo laboral. Lo que se debe evitar es el perjuicio que se pueda generar a la organización a raíz de las relaciones amorosas. Y eso no es por el solo hecho de tener un enamorado en la empresa, sino por el conflicto de interés que pudiera surgir”, señaló.
Se tiene que evitar el conflicto de interés y muestras de afecto
Uno de los escenarios de conflicto de interés es la relación entre jefes y subordinados, ya que podría llevar a ciertos favoritismos y descuido de obligaciones laborales.
En ese sentido, la abogada laboralista, Pamela Navarro sostuvo que es importante que los trabajadores conozcan cuáles son las políticas y lineamientos que existen en la empresa donde trabajan para saber cuáles son las reglas frente a relaciones amorosas entre sus compañeros.
“Muchas empresas te piden declararlas y algunas empresas las regulan. Las muestras de afecto o de cariño dentro del centro de trabajo sí pueden estar prohibidas, porque finalmente estamos en un espacio laboral donde el desarrollo de eh la forma en la que los trabajadores se comportan, si están enmarcadas dentro de los límites de la entrega de tu trabajo a la organización”, indicó.
Además, advirtió que sobre las posibles relaciones dentro de los espacios de trabajo podría llevar a comentarios y opiniones que incluso, dependiendo la dimensión, podrían ser considerados actos de hostigamiento.
“Como trabajadores no tenemos por qué estar opinando de la vida ajena de nuestros compañeros. Los comentarios vinculados a la sexualidad o la vida amorosa de los compañeros podrían ser considerado un acto de hostilidad o incluso un acto de hostigamiento sexual dependiendo de la naturaleza y la connotación del comentario”, añadió.
Centros de trabajo podrían tomar medidas
El abogado laboralista Daniel Robles Ibazeta sostuvo que, si la relación sentimental genera desequilibrio o interfiere en las buenas relaciones laborales, sí podrían existir medidas laborales de dos tipos.
“La primera medida podría ser preventiva. La empresa podría variar las funciones de unos de los involucrados para que no exista conflictos de intereses, situaciones que generen preferencias o debilitamientos de sistemas de fiscalización; estas modificaciones deberán ser razonables y objetivas, sin caer en actos de hostilidad”, precisó.
Si las relaciones sentimentales han generado consecuencias en el rendimiento laboral o faltas como aumentos salariales sin motivo, se podría aplicar una medida disciplinaria, indicó el especialista.
“Las medidas disciplinarias a aplicar podrían ir desde un memorándum hasta el despido, siempre y cuando este se encuentre debidamente justificado”, explicó.
Finalmente, en los centros de trabajo, algunas personas logran establecer un vínculo amoroso, pero otras no. Los trabajadores deben tener en cuenta que las invitaciones constantes a salir, a pesar de una negativa inicial faculta al afectado, afectada o a un tercero a presentar la denuncia correspondiente ante el Comité contra el Acoso u Hostigamiento Sexual en el Trabajo.
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