La artista, de 95 años, dijo en una entrevista reciente que, aunque gozaba de buena salud, había decidido poner fin a su vida tras sufrir dos caídas.
La escultora estadounidense Jackie Ferrara, reconocida por sus obras en madera y miembro del mundo del arte contemporáneo, falleció el 22 de octubre a los 95 años tras decidir poner fin a su vida mediante asistencia médica en Suiza, reporta The New York Times.
En una entrevista reciente con dicho medio, la artista explicó que, aunque se encontraba "bien de salud", había tomado la decisión de despedirse tras sufrir dos caídas el último año, las cuales le recordaron su deseo de no depender de otras personas.
"No quiero una ama de llaves. Nunca quise a nadie. Me casé tres veces. Ya es suficiente", declaró a la publicación.
Ferrara, cuyas obras forman parte de las colecciones del Museo de Arte Moderno (MoMA), en Nueva York, era conocida por sus esculturas construidas con tablones de madera.
Su fallecimiento fue confirmado por su asesora de patrimonio, Tina Hejtmanek.
Por qué eligió poner fin a su vida en Suiza
De acuerdo con el artículo, la asistencia médica para poner fin a la vida aún no está permitida en Nueva York, donde Jackie Ferrara residía. Este procedimiento es legal solo en algunos estados de Estados Unidos, como California, Colorado, Oregón, Washington, Montana, Vermont, Washington D.C., Hawái, Maine, Nueva Jersey y Nuevo México.
"Al no cumplir con los requisitos exigidos en el país -pues no padecía una enfermedad terminal- la artista viajó a Basilea, en Suiza, donde la ley permite este tipo de procedimientos desde 1942", indica la nota.
Se informa, además, que Ferrara acudió a la clínica Pegasos, una organización sin fines de lucro que ofrece este tipo de asistencia a personas que no necesariamente tienen un diagnóstico terminal.
No se trata de una eutanasia
Según la organización británica Dignity in Dying, la asistencia médica para morir en Suiza es diferente de la eutanasia, ya que son los propios pacientes quienes se administran los medicamentos prescritos, sin intervención directa de un médico.
De acuerdo con People, un caso reciente similar fue el de la actriz y sobreviviente del Holocausto, Ruth Posner, quien junto a su esposo Michael decidió poner fin a su vida en la misma clínica el 23 de septiembre.
Posner, de 96 años, y su pareja, de 97, no padecían enfermedades terminales y comunicaron su decisión a sus seres queridos mediante un correo electrónico publicado por The Times.