El 'Sol de México' ha pedido veinte guardias más, entre ellos diez mujeres, para impedir que el público le tome de cerca fotos con flash que puedan distraerlo.
El artista mexicano Luis Miguel pidió tanques de oxígeno y más guardias de seguridad para presentarse en el Festival de Viña del Mar, mientras Morrissey y Salvatore Adamo se encuentran ya en Chile para actuar en el certamen que comienza mañana.
Luis Miguel llegará este miércoles en su avión privado al aeropuerto de Torquemada, en Viña del Mar, unos 125 kilómetros al noroeste de Santiago, informaron a Efe fuentes de su discográfica.
El llamado "Sol de México", esquivo con los periodistas, no atenderá a los medios ni dará la tradicional rueda de prensa previa a cada actuación que suelen ofrecer todos los artistas invitados al festival.
Luis Miguel llegará procedente de Punta del Este, donde deleitó a sus seguidores con un concierto y disfrutó del lujo de ese balneario uruguayo.
En Viña del Mar se hospedará en la suite presidencial del Hotel del Mar, de noventa metros cuadrados, con bañera con hidromasaje y una conexión directa a un comedor reservado y que el año pasado albergó al británico Sting y al canadiense Paul Anka.
"Llevamos cinco meses conversando con los representantes de Luis Miguel y todos los días nos siguen llegando requerimientos", contó el productor ejecutivo del festival, Eduardo Cabezas al diario El Mercurio.
Según explicó, entre las últimas exigencias del cantante están que haya dos tanques de oxígeno en su camarín y que haya veinte guardias más, entre ellos diez mujeres, para impedir que el público le tome de cerca fotografías con flashes que puedan distraerle.
"Luis Miguel llega también con su propio director de televisión, porque quiere mostrar algunas sorpresas, y para todo eso, vamos a tener una dirección conjunta", finalizó el productor.
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