Personajes del mundo del diseño analizan las influencias que marcaron la carrera de Gerardo Privat, modisto que falleció el fin de semana a los 38 años.
La muerte de Gerardo Privat remeció el mundo de las pasarelas en el Perú. El nombre de este diseñador se había convertido en sinónimo de moda tanto en nuestro país como fuera de él.
Privat afirmaba que sus prendas eran un homenaje a la 'fabulosidad' y que cada uno de sus trabajos debía potenciar la belleza de la mujer, hacerla resaltar del resto y lograr que brille como nunca.
“Gerardo te vendía un concepto, no una prenda”, explica Pepe Torrejón, amigo y diseñador que trabajó con él durante muchos años. “Te hacía entender que con su ropa podías potenciar la belleza. Que la ropa no te hacía a ti, sino que tú hacías a la ropa”, agrega.
Torrejón cuenta que Privat se caracterizaba por su orden y perfeccionismo. “Los que tuvimos la oportunidad de conocer su casa y su espacio de trabajo, nos dimos cuenta de que su diseño era un estilo de vida. En ambos podías ver arte barroco, terciopelo, con una correcta iluminación, flores, brocado, todo siempre en orden”, comentó.
SU TRABAJO
Los primeros trabajos del diseñador de origen trujillano estuvieron dedicados a la confección y diseño de trajes de marinera para las competiciones nacionales que se realizaban en la cuna de esta tradicional danza costeña.
“Sus trabajos eran tan buenos y llamativos que con el tiempo las mujeres de la alta sociedad empezaron a pedir a Gerardo Privat para hacer sus vestidos”, recuerda el diseñador Ángel Giusti.
Fue así como este joven diseñador inició una carrera en el mundo de la moda. Sus estilos, según los entendidos del rubro, estaban marcados por la mezcla de texturas y por resaltar la belleza de la mujer.
“Lo curioso de sus diseños era que tú veías un vestido suyo y decías ‘es de Privat’. Eso no es común”, comenta Giusti. “Él tenía un gusto marcado por el animal print, por los colores y por su estilo teatral, que hacía que la mujer llamara la atención a donde fuera”, agregó.
SUS INFLUENCIAS
“Gerardo veía fuera de lo cuadriculado en cuanto a tendencias. Él cogía todo y lo acoplaba a su estilo”, sostiene Pepe Torrejón. “Él amaba los ochentas, amaba las hombreras, las faldas ajustadas, lo barroco”, añadió.
Gerardo era un confeso amante de la moda italiana, sobre todo de los trabajos de Versace y Gucci. “Amaba a Versace, con el concepto de la mujer fuerte y empoderada, de que cada mujer, con la moda, podía aflorar su sensualidad”, dice Torrejón.
También se vio influenciado en los trabajos de Frida Giannini y de Tom Ford, artífices de lo que para él fue la mejor época Gucci.
Ese fue Gerardo Privat en el mundo de la moda. El hombre capaz de poner su sello en cada uno de sus trabajos y que dejó en claro que la moda giraba en torno a la mujer y no al revés.
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