El dueño del Chelsea vivió a su manera la final entre el cuadro inglés y el Bayern Munich.
La final de la Liga de Campeones estuvo vibrante de principio a fin, todas las personas que acudieron al estadio Allianz Arena de Múnich gozaron de una de las mejores finales de todos los tiempos.
Roman Abramovich vivió a su manera la final, desde su palco de honor con un divertido baile que no incomodó para nada a su pareja que lo acompañaba en tan vital compromiso para sus intereses.
El Chelsea empató a uno el partido en la agonía del tiempo reglamentario y definió el título de la Liga de Campeones desde el punto penal.
Los "Blues" vencieron por 4-3 en la definición a los bávaros en su estadio, ante 50 mil hinchas alemanes que perdieron las ilusión de alzar su quinta "Orejona", cuando Bastian Schweinsteiger falló un penal definitivo.
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