El equipo de Ricardo Gareca desapareció de nuestro diccionario la palabra imposible tras golear a Chile en la Copa América 2019.
¡Cómo no te voy a CREER! Si acabaste con tantas maldiciones, con tantas estadísticas negativas, con tantos dichos, con tantas inseguridades. Cómo no te voy a CREER, si ganaste en Asunción y Quito por primera vez, si volvimos a un Mundial luego de 36 años, si ganamos por primera vez una definición por penales y si llegamos a la final de la Copa América tras casi 50 años desde el título del 75. Este equipo, el equipo de Ricardo Gareca nos ha dado demasiadas satisfacciones para tenerle fe.
Ante Chile fue uno de los mejores partidos de la historia de una selección mayor. Al sacrificio, solidaridad y carácter, le sumamos juego. Si, ese juego que tan nuestro lo sentimos y lo mejor, que fue sin perder lo otro.
Este equipo se adaptó a la necesidad contextual del escenario. Discutió la posesión y tomó la iniciativa cuando el partido estaba empatado y con la ventaja, se resguardó, para saber aprovechar los espacios que dejó el rival de retroceso tardío.
Ni que decir de los rendimientos individuales. Todos por encima de los seis puntos y cumpliendo roles que no necesariamente son los que cumplen de manera principal. Qué lindo fue ver a Cueva seguir 20 metros para incomodar un mano a mano de Eduardo Vargas. Qué lindo fue ver a Carrillo tirarse en carretilla para recuperar el balón. Qué lindo el pase largo de Zambrano. La recuperación de la química de la sociedad Yotún y Tapia.
El domingo en el Maracaná será muy duro. El rival, el clima, el recuerdo del 0-5 y todo lo que se juega en esta instancia, pero me sigo diciendo ¡Cómo no te voy a CREER! y querer, siempre selección.
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