La Selección Peruana se despidió de las Eliminatorias Sudamericanas 2026 con registros sin precedentes y en la nebulosa por el futuro inmediato, de jugadores y cuerpo técnico.
Un proceso histórico llegó a su fin. Histórico porque nunca antes las posibilidades de clasificación eran tantas y creímos que luego de dos etapas siendo quintos del continente, el cupo directo sería un trámite. Histórico porque jamás el Perú había tenido a tres entrenadores en un mismo ciclo mundialista, un síntoma de necesidades de cambios que no se materializaron. Histórico porque en el formato actual de Conmebol no habíamos marcado antes apenas 6 goles. Histórico porque, también en este sistema de competición, sin ser los últimos de la tabla, se firmó nuestra peor producción en las Eliminatorias.
A un día de enfrentar a Paraguay para cerrar esta campaña, Óscar Ibáñez declaraba que, si los últimos cinco partidos de Perú en las Eliminatorias hubieran sido los primeros, el quinto lugar fuera nuestro. Una frase envuelta en positivismo para el entrenador que asegura lo quieren aún en Videna. O alguien en particular.
Óscar, sin embargo, no contempla que desde su llegada al seleccionado hizo los mismos puntos que el entrenador anterior, con un partido de trámite que lo perdió de local y habiendo enfrentado a dos de los peores cuatro. Desde que tomó el mando, Perú hizo 5 puntos. En ese lapso, Chile (2) evitó que seamos últimos y estuvimos detrás de Venezuela (6) y Bolivia (7). Es decir, tal como quedó la tabla.
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Comenzó este escabroso camino de Eliminatorias con la idea de Juan Reynoso de que estábamos en condiciones de pelear cerca de los dos o tres primeros lugares. La distancia fue de más del doble de puntos. Borrón y cuenta nueva ante el clamor popular. Jorge Fossati, campeón nacional por entonces, llegó con un dogma futbolístico, inquebrantable, que lo mantuvo hasta caer al último casillero de la clasificación. Y así se llegó hasta Ibáñez.
En contextos ideales, sostener el proyecto largo es el propósito. De principio a fin, en todo caso. Pero cambiar no es escandalo tampoco, más allá que no sucedió antes para nosotros. Brasil tuvo a tres técnicos en estas Eliminatorias, como también Paraguay. Y hasta Bolivia. Distintos escenarios, necesidades similares, pero se lograron los objetivos. Los desaciertos en la elección fueron continuos y así es poco probable enderezar.
Las Eliminatorias, otra vez, ponen el punto final al ciclo en la Bicolor de un grupo de futbolistas. O es lo que se espera, creyendo que no se repetirá el mantener forzosamente y por la carencia a jugadores que biológicamente no tendrían que seguir. A Paolo Guerrero se lo llevó al límite, siendo inocente de no tener de dónde escoger más delanteros, y estando él -con su edad- en mejores condiciones que los considerados a ser parte del recambio.
Pura potencia y gol de Matías Galarza para la @Albirroja 😎🇵🇾#EliminatoriasSudamericanas pic.twitter.com/uG7Kt9iBHT
— CONMEBOL.com (@CONMEBOL) September 10, 2025
La competencia concluye con nombres que se esperan ver próximamente con más frecuencia, aunque sin una lista de elementos que por lo demostrado deberían llegar con un rol de experiencia distinto hacia el 2030. ¿A quién realmente consolidó este ciclo?, ¿cuál fue el jugador nuevo que termina el proceso siquiera con el 50 % de compromisos en su historial? Ni Sonne, ni Noriega, ni Quispe, ni Quevedo, ni Ramos, ni Grimaldo. Con sus altibajos, el que más lo aprovechó fue Marcos López y alejándose algo del resto, Renzo Garcés. Luego, no es más que el deseo de ver a otros futbolistas con protagonismo.
Bolivia, con su decisión de ir a El Alto, incorporó a nuevos rostros. Eligió también renovarse, rejuvenecerse, no solo llevar a sus rivales a donde tengan menos oxígeno. Miguel Terceros, Robson Matheus, Ervin Vaca, Gabriel Villamil, Diego Medina o Moisés Paniagua. Algunos de La Verde Sub 24, que en el repechaje de marzo tendrán una opción más de llegar al Mundial.
Es el rendimiento de los jugadores y las elecciones de los entrenadores, seguro, pero por qué esperar que el que lleva las riendas del equipo mire hacia el futuro cuando sobre él se piensa en el hoy y se divaga sobre qué sucederá mañana.
Terminó un proceso de Eliminatorias Sudamericanas, histórico para el país, con poco del qué esperanzarse. Ir hacia adelante será el observar que nuestro deporte rey andará en los próximos años de la mano del mismo quien lideró este ciclo, quien estuvo por encima de todo, y a quien los responsables de poder decidir eligieron prácticamente por unanimidad para que siga al frente hasta el 2030, igualando los años del mandato más largo de la Federación. Claro, histórico del fútbol peruano.