Horas antes de su ejecución, el mexicano se despidió de sus padres e hijos a quienes pidió que sean fuertes.
El preso mexicano Edgar Tamayo, de 46 años, fue ejecutado este miércoles mediante inyección letal en la cárcel de Huntsville (Texas, EE.UU.), confirmaron las autoridades de la prisión.
Tamayo, según testigos presenciales de la ejecución, declinó decir unas últimas palabras antes de la inyección letal que acabó con su vida a las 21.32 hora local de este miércoles (03.32 GMT del jueves).
La ejecución de Tamayo, condenado a muerte por el asesinato de un policía estadounidense en 1994, se produjo con tres horas de retraso sobre el horario previsto, debido a la presentación de un recurso de última hora que fue rechazado por la Corte Suprema de EE.UU.
A petición del preso, ningún familiar suyo presenció sus últimos momentos, a los que sí asistieron diversos parientes del agente asesinado, Guy Gaddis, entre ellos la madre y otros familiares cercanos.
En las horas previas a la ejecución, Tamayo había confesado que estaba "listo" para morir y que veinte años en el corredor de la muerte "son demasiados", según dijeron fuentes penitenciarias.
La ejecución del preso se llevó a cabo a pesar de las numerosas protestas de organizaciones políticas y sociales internacionales, como la Organización de Estados Americanos (OEA) y Amnistía Internacional, que denunciaron la falta de un juicio justo y la discapacidad mental leve que sufría Tamayo.
EFE
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