Un informe de la CMC detalla las inversiones que 151 bancos, fondos de jubilación y otras instituciones financieras destinan a un tipo de armamento que implica un alto riesgo para la población civil.
Entidades financieras de distintas regiones del mundo invirtieron 27.000 millones de dólares (21.600 millones de euros) en empresas que producen bombas de racimo entre 2011 y 2014, según un informe divulgado por la organización PAX, integrante de la Coalición contra las Municiones de Racimo (CMC).
El documento, titulado "Inversiones mundiales en municiones de racimo: una responsabilidad compartida", detalla las inversiones que 151 bancos, fondos de jubilación y otras instituciones financieras destinan a un tipo de armamento que implica un alto riesgo para la población civil.
"Estamos hablando de un arma que actualmente causa la muerte de civiles en Siria y en el este de Ucrania, y que continúa costando vidas en Laos incluso 50 años después de haber sido utilizada", explicó Amy Little, responsable de campañas de la CMC.
Según un informe de Human Rights Watch, las fuerzas del Gobierno ucraniano pudieron utilizar bombas de racimo en áreas pobladas de la ciudad de Donetsk a principios de octubre, una acción que viola las leyes de la guerra debido a los daños indiscriminados que provoca.
Durante una investigación que duró una semana en el este de Ucrania, la organización en favor de los derechos humanos documentó un "amplio uso" de bombas de racimo en las luchas entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes prorrusos.
"Si bien no fue posible determinar concluyentemente la autoría de esos ataques, las pruebas apuntan a que el Gobierno de Ucrania es el responsable de varias de las acciones que se produjeron en Donetsk", concluyó Human Rights Watch.
En Siria, el 97 por ciento de los muertos registrados como consecuencia del uso de municiones de racimo en los últimos dos años y medio han sido civiles, según la organización holandesa PAX.
La CMC alerta en su informe de que los productores de ese tipo de munición han recibido financiación en los últimos tres años procedente de instituciones ubicadas en países que aún no se han incorporado a la Convención sobre Municiones de Racimo, si bien algunas de ellas son de países que sí forman parte del tratado.
Según Little, "el Reino Unido, Australia, Canadá, Francia, Alemania, Japón, España y otros países que se han sumado a la prohibición global de municiones en racimo deben adoptar leyes sin demora para asegurarse de no estar financiando la producción en el extranjero de armas que estos países ya han prohibido".
En la lista de instituciones que invierten en la industria que produce munición de racimo, en la que abundan organismos de Estados Unidos, China y Corea del Sur.
"El derecho internacional prohíbe las municiones de racimo y una mayoría de países a nivel mundial han reconocido que esa arma es inadmisible", resaltó Suzanne Oostewijk, coautora del informe.
"Pese a ello, los productores de municiones de racimo todavía consiguen financiar su actividad. Las instituciones financieras deberían establecer rigurosas políticas para asegurarse de que no están financiando a empresas implicadas en la producción de estas armas prohibidas", afirmó Oostewijk.
EFE
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