Un polémico artista checo envió un mensaje al presidente de su país en vísperas de las elecciones parlamentarias. La gigantesca escultura de un dedo medio navegó en el río Moldava.
David Cerny, un irreverente artista checo, colocó una estatua de 10 metros de altura de un conocido gesto obsceno frente al palacio presidencia de su país. La enorme escultura plástica flotó cerca del famoso Puente de Carlos y está orientada hacia el Castillo de Praga, sede presidecial de República Checa.
Esta exteriorización ocurrió en visperas de las elecciones parlamentarias "anticipadas" en República Checa.
"Este dedo está dirigido directamente a los políticos del castillo", relató Cerny al "New York Times". "Después de 23 años, estoy horrorizado ante la perspectiva de que los comunistas vuelvan al poder y de que Zeman les ayude a lograrlo".
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