Las guayaberas, prenda de moda en Cumbre de Cancún

Las guayaberas fueron las prendas más usadas por los mandatarios y ministros que asisten a la Cumbre de Cancún, tal y como mostraron el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el presidente de México, Felipe Calderón, al lucirlas, en su caso, con detalles étnicos.

Ban, ataviado con una guayabera azul celeste coincidió con Calderón en llevar esas camisas propias del Caribe durante la apertura hoy del segmento de alto nivel, mientras que el anfitrión se decantó por un modelo similar, pero adornado con los colores de la bandera mexicana.

Esa prenda, habitualmente de lino o algodón y omnipresente pese a su sencillez en bodas y demás festejos mayores en las zonas más cálidas de México, está siento también utilizada por muchos de los negociadores latinoamericanos, y hasta la lucen algunos de los guardias de seguridad.

"A mí me gusta, siempre me ha gustado y la uso de vez en cuando en Costa Rica", explicó a Efe el costarricense Ricardo Ulate, de la ONG Conservation International (CI) y parte de la delegación de su país.

"Una de las indicaciones que se recibieron en las preparatorias fue que, siendo éste un clima tropical, el presidente de México había querido instaurar la guayabera como el traje oficial de la reunión, para que no anduviéramos con tantos formalismos", agregó.

Ulate la considera ideal para negociadores "que no son parte del cuerpo diplomático" como él mismo.

Otros participantes se decidieron también por los trajes tradicionales, y así la mexicana Nadia Peimbert, de The Nature Conservancy, vestía hoy un "huipil" (camisa de mujer tejida en algunas comunidades indígenas) rosa claro, típico de Chiapas, inspirado en las flores de ese estado mexicano.

"Cada vez que he ido a Chiapas los colores en la naturaleza son hermosos. Y los pueblos chiapanecos aman las flores. Y su ropa (..) refleja ese color. Este tejido es como flores", explicó a Efe Peimbert.

En su opinión la etiqueta relajada predominante en la Conferencia climática está siendo un ingrediente adecuado para contribuir a relajar el ambiente de estas complejas negociaciones.

El clima estos días en Cancún, por encima de los veinte grados, es caluroso de día e invita a buscar la sombra, por lo que muchos optaron por un calzado abierto, en ocasiones sandalias o guaraches mexicanos.

"Me siento como si estuviera en casa", explicó a Efe la india Anita Kukreti, de la ONG Bread for the World, que también se vistió con prendas tradicionales de su país.

Una de las portavoces de Greenpeace en Cancún, Aida Vila, quien también viajó al frío Copenhague en la cita del cambio climático en 2009, cargó esta vez en su equipaje ropa ligera, "sandalias, unas chanclas para cuando estoy en el hotel" y zapatos abiertos.

"Es mucho más agradable estar en Cancún que en Copenhague, tanto por el ambiente climático como por el de las negociaciones" que, a su juicio, evolucionan mejor que hace un año en la capital danesa.

Vila felicitó a los mexicanos por el tono distendido que se está tratando de mantener en la reunión, pese a las tensiones habituales de las negociaciones.

"Si la chancla es sinónimo de apertura en cuanto a mostrar lo que hay debajo, entonces sí, es la cumbre de la chancla", agregó.

"Lo que ves es lo que hay, los grupos que están en el programa son los que discuten y en este sentido Copenhague era mucho más cerrado, mucho más velado y había mucha menos transparencia", concluyó.

Además, durante la inauguración de la reunión ministerial, el ballet de Xcaret, un parque temático cercano a Cancún, interpretó un baile en alusión a los cuatro elementos tierra, aire, agua y fuego. EFE