Instó también a los opositores sirios a que formen un Gobierno de transición.
Los jefes de la diplomacia árabe pidieron en Doha que el presidente de Siria, Bachar al Asad, renuncie al poder para solucionar el conflicto que atraviesa dicho país, informó este lunes la agencia oficial de noticias catarí QNA.
Los ministros de Asuntos Exteriores de los países de la Liga Árabe instaron también anoche a los opositores sirios, incluidos los rebeldes del Ejército Libre Sirio (ELS), a que formen un Gobierno de transición.
El primer ministro y titular de Exteriores catarí, Hamad bin Yasem al Zani, quien encabeza el llamado Grupo de Contacto para Siria de la organización panárabe, aseguró que hay un "consenso árabe sobre la renuncia rápida de Al Asad a cambio de garantizarle una salida segura".
Al Zani destacó que ésta es la primera vez que la Liga Árabe pide al mandatario sirio que abandone el poder "de una forma clara" y llama a los opositores a crear un gobierno transitorio.
"La renuncia de Al Asad va a ser un paso valiente y no una huida, no hace falta que se queme un país por una o varias personas", apuntó el responsable catarí, que se mostró "seguro" de que el presidente sirio "tiene un sentimiento nacional y tomará una decisión valiente".
La resolución emitida anoche por los jefes de la diplomacia árabe contempla la salida "segura" de Al Asad y de su familia de Siria con el objetivo de detener el derramamiento de sangre y asegurar una transición pacífica en el país.
Además de condenar la violencia en el país y pedir su cese, la Liga Árabe encargó al grupo árabe ante la Asamblea General de la ONU que convoque una reunión extraordinaria en este órgano para tomar medidas colectivas en relación con la crisis siria.
Entre esas medidas figuran "la ruptura de todas las relaciones diplomáticas con el régimen sirio" y el establecimiento de zonas seguras en Siria que permitan proteger a los civiles y organizaciones humanitarias.
Esta decisión busca evitar un nuevo debate en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde Rusia y China han vetado todas las resoluciones presentadas para presionar al régimen de Damasco.
Asimismo, la organización panárabe pretende que la oposición interna y externa, junto a los rebeldes, asuman el Gobierno con todas las competencias para gestionar la transición pacífica en el país.
La reunión de los ministros árabes, en la que estuvieron el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, y representantes de la oposición siria, estuvo precedida por una escalada de la violencia en Siria.
Los combates entre las tropas gubernamentales y la oposición armada se han recrudecido en los últimos días y expandido por las ciudades de Damasco y Alepo.
Además de los avances sobre el terreno, los insurgentes protagonizaron el pasado 18 de julio su mayor golpe contra el régimen sirio desde el inicio de la rebelión en marzo de 2011.
En un atentado ese día murió el ministro de Defensa, el general Daud Rayiha; el viceministro de ese departamento y cuñado de Al Asad, el general Asef Shaukat; y el asistente presidencial Hasan Turkmani, mientras que el general Hisham Ijtiar, jefe de la Seguridad Nacional, falleció dos días después debido a las heridas.
EFE
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