Martín López de Romaña cuenta en su novela de no ficción, La jaula invisible, su experiencia en la Familia Sodálite, a la que perteneció desde los 12 años hasta los 33, cuando tomó la decisión de abandonarla tras acumular una serie de experiencias traumáticas y desagradables.
Lima
Martín López de Romaña: "Yo pienso que (el Sodalicio) es una secta destructiva de control mental".
El escritor y artista plástico Martín López de Romaña habló sobre las sensaciones que le dejó la reunión que sostuvo con la misión especial que envió el Vaticano al Perú para investigar los abusos sexuales cometidos por el Sodalicio de Vida Cristiana, comunidad perteneciente a la Iglesia Católica, y que tiene como fundador a Luis Fernando Figari.
"Me he reunido con ellos y fue una buena experiencia. Yo fui a la comisión que el Sodalicio organizó con su plata, digamos, y todo el tiempo me parecía que era control de daños, control de crisis. Esta vez, tuve una experiencia distinta, los investigadores no estaban tratando de tapar huecos o de averiguar cuánto sabía yo, sino de hacer un informe de la realidad", indicó durante una entrevista en Las cosas como son.
"Ellos no están interesados tanto en narrativas, sino en poder probar hechos", agregó sobre la comitiva liderada por Charles Scicluna y Jordi Bertomeu, integrantes del Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano, con amplia experiencia en casos de pedofilia y organizaciones católicas sectarias en diferentes partes del mundo.
Su experiencia en el Sodalicio
Martín López de Romaña cuenta en su novela de no ficción, La jaula invisible, su experiencia en la Familia Sodálite, a la que perteneció desde los 12 años hasta los 33, cuando tomó la decisión de abandonarla tras acumular una serie de experiencias traumáticas y desagradables.
"El título (del libro) hace referencia a este estilo de secuestro mental que hacen algunas sectas. Es decir, en el Sodalicio no había un secuestro físico -alguna vez lo hubo en algún caso particular- pero el secuestro era mental", afirmó el escritor.
"Yo pienso que (el Sodalicio) es una secta destructiva de control mental parasitaria de la Inglesia católica. Destruye a la familia, a la persona, a su psiquis", añadió.
Respecto a su fundador, Luis Fernando Figari -sobre quien pesan acusaciones por abuso sexual- dijo ser un personaje siniestro, manipulador y muy violento, capaz de lanzarles golpes de puño o azotarlos con un látigo.
"Luis Fernando tenía esta estrategia de, sobre todo, (tener) algunas personas escogidas por él con unos criterios bastantes extraños como el color de piel, se rodeaba de estos chicos y los tenía emocionalmente maniatados, adictos a las opiniones que él tuviese sobre ellos, sobre mí", manifestó.
En otro momento, contó que, a la edad de 15 años, el sodálite Jeffery Daniels, que "ya se sabe que es un reconocido abusador sexual", intentó "abusar de mí" y que "me salvé de casualidad".
Tiempo después, a la edad de 18 años, le confió esta mala experiencia "a mi superior Miguel Salazar" y me dijo: "no va por allí el tema con Jeffery. Es algo paternal. Más bien, esto te lo tienes que callar para siempre porque esto le podría hacer daño al Sodalicio y eso no se puede permitir".
Finalmente, sostuvo que pudo escapar de las "garras" de este grupo, al que considera una secta, gracias a la literatura y al arte, pues pudo descubrir que había un mundo mucho más grande que "los cánones ridículos sodálites de cómo hacer las cosas. Yo quería pensar por mí mismo", aseguró.
Sin embargo, reconoció que cuando se alejó del Sodalicio "lo más complicado para mí, era que yo salí pensando un poco como sodálite, es decir, que si yo me iba del Sodalicio -porque me lo había repetido el fundador miles de veces- iba a ser infeliz, me iba a volver homosexual y que me iba a ir al infierno por toda la eternidad. Yo salí con esos miedos en la cabeza y duraron un buen tiempo".
Arzobispo de Lima se pronuncia
El arzobispo de Lima, monseñor Carlos Castillo, se refirió sobre las investigaciones que realiza la comisión especial de El Vaticano acerca del caso Sodalicio y afirmó que "se desea como algo principal el poder llegar a una conclusión" y que confía que en poco tiempo "tendremos alguna decisión" sobre "este caso tan grave".
"Han pasado varios años de investigacion, de exploración, sobre todo de demanda y queja justa de las personas que han sido víctimas y es hora de ya haber madurado el proceso y se desea como algo principal el poder llegar a una conclusión, pero evidentemente para eso hay que asegurarse de varias cosas y para eso se hace una última exploración que de hecho ha costado muchísimo tiempo", señaló el pasado 22 de julio en Diálogo de Fe.
A ello, añadió que "la pandemia impidió muchas cosas, detuvo muchos procesos de investigación", pero que "ahora se toma todo en mano y pensamos que en poco tiempo tendremos alguna decisión respecto de las distintas opciones posibles que hay dentro de este caso tan grave".
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