Los niños que son sujetos de abuso por sus compañeros y no pueden apelar a ciertos recursos de autodefensa, atraviesan algo "no bueno" en su mundo interior.
Si bien es cierto sufren por lo sucedido, existe una parte de ellos que va encontrando una “manera victimizada” de estar en el mundo y esto va acompañando su desarrollo y la deformación de su temperamento y personalidad.
Aunque parezca mentira, se ha encontrado que estos niños se relacionan con sus familias de la misma manera: siendo victimizados, no pudiendo defenderse de los atropellos familiares o buscando ser el hijo adorado de papá y mamá.
Cabe señalar también, que en muchos casos los niños se identifican con el padre o la madre, por lo general con la víctima, y es desde allí que empiezan a funcionar.
No es poco común ver en la madre o en el padre de un niño abusado en el colegio, el mismo espejo de su hijo, es decir padres sin capacidad de respuesta, sufriendo por sus ellos pero sin poder defenderlos y enseñarles una defensa efectiva. Este discurso es el que el hijo aprende y luego llega al colegio para seguir con este mandato.
Una de las cosas más importantes que se debe hacer es trabajar en dos líneas:
En la línea del niño:
a) ayudarlo a que diga quién lo somete, en qué condiciones, preguntarle y darle mucho espacio para que hable sobre su miedo y dificultad para la defensa.
b) es importante que él pueda fantasear, como primer paso, sobre la manera por la cual quisiera defenderse de estos chicos abusadores, es decir que la posibilidad de defensa empiece a surgir en el fantaseo.
c) que el niño pueda tener claro que ustedes lo defenderán acudiendo a las autoridades del colegio para pedir su intervención y sancionar a los muchachos que lo maltratan.
d) que su hijo no sienta que ustedes están paralizados de miedo e impotentes ante esta situación, hacerle saber que siempre hay algo que hacer.
En la línea de los padres:
a) Cada padre tendrá que revisar cuan víctima se siente de su propia familia, institución o trabajo.
b) Tendrá que evaluar cuál es su posición de defensa ante la vida.
c) Evaluar en casa si están felices con la idea de tener “el hijo perfecto” o son padres capaces de ir aceptando los enfrentamientos y diferencias, incluso los pleitos que puedan ir surgiendo con su hijo
Conclusión sobre su salud mental
Si el(la) niño(a) no se defiende y se queda atrapado en esa victimización podrán aparecer alteraciones de pensamiento, de la personalidad y de la impulsividad.
Quien sufre maltrato, suele sentirse solo, infeliz y atemorizado, perdiendo la confianza en sí mismo y en los demás.
El bulling produce un elevado estrés psíquico, con graves repercusiones que desembocan en fracaso escolar, miedos físicos y psicológicos y una anulación de la personalidad e identidad del niño/a, llegando en casos extremos a tendencias suicidas.
Diferentes tipos de maltrato:
Verbal: insultos y humillaciones en público para poner en evidencia al débil.
Físico: empujones, puñetazos, patadas, etc.
Económico: robos de pequeñas cantidades de dinero, material escolar, comida, etc.
Psicológico: hechos encaminados a bajar la autoestima del individuo haciéndole aumentar su inseguridad y su ansiedad.
Social: aislar del grupo al compañero creando en él la sensación de marginación y de soledad.
Consejos para la educación de los hijos:
Busca la comunicación con ellos desde edad temprana. Habla y déjale hablar, respetando sus opiniones.
- Enséñales a usar la palabra, a que manifieste su desacuerdo sin enfadarse y evita perder los papeles en las discusiones.
- Refuerza su autoestima, valorando sus buenas cualidades y potenciándolas.
- No le sobreprotejas. Intenta que se desarrolle por sí mismo.
- Enséñale a recurrir a los adultos en situaciones de peligro.
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