En lo que va de año se ha podido salvar la vida de 261 personas gracias al ligero incremento de la decisión de donación de órganos.
En el Perú cada vez son más las familias que aceptan donar los órganos y tejidos de sus seres queridos fallecidos con el fin de salvar la vida de otra persona, afirma Juan Almeyda Alcántara, director general de la Donaciones, Trasplantes y Banco de Sangre del Ministerio de Salud (Minsa).
"La negativa familiar respecto a la donación de órganos, era hace unos meses de 76%, actualmente se ha reducido al 56%, es así que en lo que va del año 62 familias dijeron sí a la donación de órganos lo cual ha permitido salvar la vida de 261 pacientes cuyo destino sin el trasplante era la muerte, pero gracias a este acto de solidaridad recuperaron su salud”, agregó.
En lo que va de este mes las familias de cinco personas que fallecieron con diagnóstico de muerte encefálica respetaron la decisión de sus seres queridos y permitieron la donación de órganos y tejidos que se encontraban en perfecto estado. Debido a este acto solidario 19 personas pudieron tener un trasplante: 8 de ellas recibieron riñón, 3 hígado y 8 córneas.
"El agradecimiento eterno a las personas que dijeron sí a la donación de órganos de sus seres queridos, quienes venciendo a la muerte seguirán viviendo en otras personas", expresó Juan Almeyda.
¿Quién decide donar órganos?
El Minsa resaltó que la familia tiene la decisión final sobre la donación de órganos y tejidos. Por ello, se aconseja a la población expresar en el entorno más cercano el deseo de convertirse en donante de órganos y tejidos.
Esto se puede plasmar en el DNI, la licencia de conducir o firmando el Acta de Consentimiento para la Donación Voluntaria de Órganos y Tejidos. Sin embargo, si la familia se opone a donar los órganos no se podrá realizar el trasplante.
Finalmente, es importante destacar que el Minsa a través de la Dirección de Donaciones y Trasplantes (DIDOT) viene sensibilizando a la población respecto a la donación de órganos, labor que finalmente está siendo aceptada por las familias que pierden a un ser querido por diagnóstico de muerte encefálica.
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