´Santidad, quiero ser sacerdote de Cristo, un representante de Cristo´, dijo el niño de nueve años.
Nathan de Brito, un niño brasileño de nueve años, que protagonizó uno de los momentos más conmovedores durante uno de los recorridos del papa Francisco por las calles de Río de Janeiro, e hizo llorar al Santo Padre, pidió de todo corazón ser un sacerdote, según reveló la prensa local.
Las cámaras habían captado el viernes último a la máxima autoridad de la Iglesia Católica mundial llorar de emoción al recibir un tierno abrazo de un niño que salió al paso del Papamóvil mientras se dirigía al Palacio Arzobispal de Rio.
"Santidad, quiero ser sacerdote de Cristo, un representante de Cristo", dijo el niño, mientras lloraba de la emoción.
Conmovido por sus palabras, el Papa Francisco le respondió: "Voy a rezar por ti, pero te pido que reces por mí. A partir de hoy, tu vocación se concretó".
A través de las pantallas y desde las barras de seguridad, la gente veía que el niño no quería dejar al Pontífice. Sin embargo, luego de varios intentos, la seguridad del Papa pudo retirar al menor que seguía con lágrimas en el rostro.
Ya en la pista, Nathan, dio varios pasos acompañando al Pontífice, al lado del papamóvil, saludándolo con las manos y enviándole besos. Incluso tuvo que ser consolado por un miembro de la seguridad, hasta llegar a la barrera donde lo esperaba un familiar que lo recibió entre la muchedumbre.
Este ha sido hasta el momento el caso más conmovedor de la Jornada Mundial de la Juventud de Río 2013, que ha mostrado nuevamente al mundo la sencillez del Pontífice, cuya cercanía ha impulsado a varias personas a salirse del protocolo y expresarle su cariño.
ANDINA
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