Solo 36.6 millones de espectadores siguieron la ceremonia de entrega, frente a los 43.7 millones del año anterior.
La ceremonia del Óscar de este año no destacó por su presentador. Pasando solo pocos minutos de la celebración, las redes sociales estaban inundadas de comentarios que pedían que Neil Patrick Harris sea retirado del escenario.
Ser el presentador de la fiesta más importante del cine no es nada fácil, y Harris no pudo superar la alta valla dejada por Ellen Degeneres.
El recordado actor de ‘How I meet your mother’ tuvo el peor rating televisivo desde el año 2009, muy alejado al récord dejado en 2014.
No hubo selfies multitudinarios como el año pasado, y pese al impresionante inicio de la premiación, todo fue decayendo.
Solo 36.6 millones de espectadores siguieron la ceremonia de entrega, frente a los 43.7 millones del año anterior.
Patrick Harris tuvo que recurrir al desnudo y quedar en calzoncillos para enganchar a la audiencia. Pese a todos sus esfuerzos, no lo logró.
Sus trucos de magia no fueron claros y tuvo poca interacción con el público. Tampoco vimos a un chico trayendo pizza y repartiéndola entre los invitados como en el 2014.
El diario The New York Times calificó su actuación de "poco estimulante" y señaló que fue "un esfuerzo" seguirla.
The Washington Post consideró de su lado que Harris "no pudo ofrecer toda la emoción necesaria para seguir las tres horas y 38 minutos de gala de los Óscar sin bostezar".
En tanto, Óscar no brilló en Twitter. Según Nielsen, se enviaron 5.9 millones de tuits sobre la ceremonia. Esto representa un 65% menos del año pasado (17.1 millones de tuits).
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