Jóvenes internos del llamado centro de rehabilitación ´Cristo es amor´ vieron a su compañeros desmayarse uno a uno, asfixiados por el humo. Veintisiete murieron.
Dos de los sobrevivientes de la tragedia en el centro de rehabilitación "Cristo es Amor" de San Juan de Lurigancho, que cobró la vida de 27 personas, fueron testigos de los gritos de estas víctimas, quienes no pudieron escapar del primer piso del inmueble -en donde se originó el incendio- porque las puertas estaban cerradas con llave.
"Comenzábamos a echar agua para apagar el fuego. Mirábamos cómo gritaban: auxilio, auxilio, sáquennos de aquí, ayúdennos. Uno a uno se desmayaba y otros querían meterse al agua para no quemarse. No podían salir. Todos se cayeron. Empezaba a salir más humo y ya no se podía ver abajo", mencionó uno de ellos en entrevista al programa "Punto final".
Contaron, además, que si bien lograron abrir una de las puertas del primer piso hacía falta que se abriera la principal, la cual era de puro fierro, y si ello hubiera ocurrido quizás muchas vidas se habrían salvado.
Indicaron, también, que tuvo que venir un bombero con una comba para derribar la puerta.
Jean Anthony de la Cruz, quien reveló que fue "recapturado" para volver a este centro para continuar con su rehabilitación y supuestamente poder salir así de su adicción a las drogas, dio detalles del hacinamiento de este lugar.
Dijo que en cada cuarto dormían nueve internos, distribuidos en dos camarotes de tres niveles. "A mí me tocaba dormir en el tercer nivel y cuando me sentaba mi cabeza chocaba con el techo", comentó el joven.
Mencionó que él pudo salvarse al igual que su compañero, porque se encontraban en el segundo piso, mientras los que lamentablemente murieron albergaban la primera planta de este inmueble siniestrado.
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