A diferencia de lo ocurrido con Italia y Catar en Tokio 2020, Hamish Kerr y Shelby McEwen decidieron ir hasta el final en la prueba de salto alto, con el primero llevándose la presea dorada luego de un largo desempate.
El neozelandés Hamish Kerr se llevó la medalla de oro en salto alto este sábado tras imponerse en un reñido duelo al estadounidense Shelby McEwen, quien debió conformarse con la presea de plata.
Al estar empatados en 2.36 metros, Kerr y McEwen compitieron para superar los 2.38 m, pero ninguno pudo superar esta marca, con lo cual se abrió la posibilidad de que ambos deportistas compartan el oro.
Como se recuerda, un escenario similar ocurrió en Tokio 2020, cuando en la misma instancia, tras una breve conversación con un juez, el catarí Mutaz Essa Barshim y el italiano Gianmarco Tamberi optaron por compartir la presea dorada, convirtiendo dicho momento en uno de los más simbólicos y emotivos de la historia de los juegos.
No obstante, a diferencia de aquella ocasión, Kerr y McEwen decidieron seguir adelante con la competencia y, debido a que ninguno podía saltar sobre los 2.38, la barra bajó a 2.34, siendo el neozelandés el primero en superarla, consiguiendo la victoria y la medalla dorada.
El podio
Barshim completó el podio con un meritorio 2.34 m, la medida que definió la final. El catarí se llevó así la medalla de bronce, su cuarta presea en la misma cantidad de Juegos Olímpicos.
Tamberi, por su lado, estuvo alejado de su mejor nivel, en gran parte debido a un cólico renal que le ocasionó más de un revés durante la jornada y le impidió competir con normalidad, fallando en superar los 2.27 m y finalizando undécimo.
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