Las dos cámaras del Parlamento alemán aprobaron la aportación del país al paquete de ayudas para el rescate del euro, en un plazo récord de cinco días.
Las dos cámaras del Parlamento alemán aprobaron la aportación del país al paquete de ayudas para el rescate del euro, de nuevo por el procedimiento de urgencia y en un plazo récord de cinco días desde la propuesta del Gobierno.
Con la sanción por el Bundestag y el Bundesrat (cámaras baja y alta), Alemania asume la parte del león del gigantesco plan para el rescate de la moneda única -de 750.000 millones de euros- acordado por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), al aportar 123.000 millones de euros, que pueden llegar a 148.000 si algún otro país no puede cumplir con sus obligaciones.
Sin embargo y mientras el paquete de ayudas a Grecia fue aprobado hace dos semanas con relativa diligencia, en esta ocasión hubo una mayor resistencia por parte de los partidos de la oposición y de los Länder (estados federados) de gobierno socialdemócrata, todos ellos molestos por la insuficiente información recibida al respecto.
Por ello, en ambas cámaras los partidos de la coalición de Gobierno que dirige Angela Merkel -cristianodemócratas (CDU), socialcristianos bávaros (CSU) y liberales (FDP)- debieron imponer su mayoría, aunque en el Bundestag se produjeron disidencias en sus filas.
El hecho de que cuatro diputados de la Unión (CDU/CSU) votaran contra el proyecto de ley y tres se abstuvieran, al igual que hicieron respectivamente dos legisladores y un diputado de los liberales, da testimonio de la controversia desatada por el paquete de ayudas al euro.
Las críticas hacia la propuesta de ley del Gobierno se centraron en todos los casos en lo precipitado del procedimiento, la falta de detalles sobre el contenido del paquete y la aparente firma de un cheque en blanco por un montante de un alcance astronómico.
Esa fue la postura que mantuvieron en ambas cámaras los representantes de la oposición socialdemócrata (SPD) y verde, que defendieron la abstención, así como la formación de La Izquierda, que rechazó abiertamente el proyecto de ley.
Antes de las dos votaciones, tanto el ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, como el titular de Finanzas, Wolfgang Schäuble, hicieron una encendida defensa del paquete de rescate del euro, que calificaron de "decisivo" para el futuro de la Unión.
"El bienestar en Europa depende también de nuestra decisión", dijo el jefe de la diplomacia alemana, quien, al igual que Schäuble, afirmó que no hay alternativas a las medidas acordadas por la UE y el FMI para defender la moneda única y, con ello, a la Unión Europea y sus ciudadanos.
Ante la presencia del gabinete ministerial al completo con la canciller federal, Angela Merkel, a la cabeza, ambos criticaron duramente a la oposición por eludir su responsabilidad al propugnar la abstención e, incluso, el rechazo al paquete para el rescate del euro.
Tan contundentes o más duros aun fueron los oradores de la oposición, como el presidente del SPD, Sigmar Gabriel, quien acusó a Merkel y su equipo de practicar "juegos tácticos" que han acabado irritando incluso a sus socios en la UE, así como de defender un día posturas que dos semanas después resultaban ser opuestas.
"Usted sólo fue una canciller valiente mientras era vigilada por los socialdemócratas", dijo Gabriel en alusión a la gran coalición que gobernó el país hasta hace menos de un año, tras criticar abiertamente la alianza actual entre la Unión y los liberales y sus incumplidas e incumplibles promesas de rebajas fiscales.
Al igual que los oradores del SPD y La Izquierda, el líder verde Jürge Trittin acusó a Merkel de incumplimiento de palabra por, una vez llegada la votación del paquete, no haber entregado previamente el documento con su contenido a los partidos en el Bundestag.
Al igual que un toro, "Merkel es conducida con un aro en la nariz" por los mercados financieros, dijo en un tono mas satírico aún el líder parlamentario de La Izquierda, Gregor Gysi, quien acusó a la canciller de reaccionar y no actuar desde que comenzó la crisis financiera.
La aprobación del paquete de rescate del euro por parte de las dos cámaras alemanas, que deberá ser rubricada aún por el presidente federal, Horst Köhler, se produjo poco antes del comienzo de la reunión en Bruselas de ministros comunitarios de Finanzas (Ecofin), que deben estudiar un endurecimiento del Pacto de Estabilidad de la UE. EFE
Con la sanción por el Bundestag y el Bundesrat (cámaras baja y alta), Alemania asume la parte del león del gigantesco plan para el rescate de la moneda única -de 750.000 millones de euros- acordado por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), al aportar 123.000 millones de euros, que pueden llegar a 148.000 si algún otro país no puede cumplir con sus obligaciones.
Sin embargo y mientras el paquete de ayudas a Grecia fue aprobado hace dos semanas con relativa diligencia, en esta ocasión hubo una mayor resistencia por parte de los partidos de la oposición y de los Länder (estados federados) de gobierno socialdemócrata, todos ellos molestos por la insuficiente información recibida al respecto.
Por ello, en ambas cámaras los partidos de la coalición de Gobierno que dirige Angela Merkel -cristianodemócratas (CDU), socialcristianos bávaros (CSU) y liberales (FDP)- debieron imponer su mayoría, aunque en el Bundestag se produjeron disidencias en sus filas.
El hecho de que cuatro diputados de la Unión (CDU/CSU) votaran contra el proyecto de ley y tres se abstuvieran, al igual que hicieron respectivamente dos legisladores y un diputado de los liberales, da testimonio de la controversia desatada por el paquete de ayudas al euro.
Las críticas hacia la propuesta de ley del Gobierno se centraron en todos los casos en lo precipitado del procedimiento, la falta de detalles sobre el contenido del paquete y la aparente firma de un cheque en blanco por un montante de un alcance astronómico.
Esa fue la postura que mantuvieron en ambas cámaras los representantes de la oposición socialdemócrata (SPD) y verde, que defendieron la abstención, así como la formación de La Izquierda, que rechazó abiertamente el proyecto de ley.
Antes de las dos votaciones, tanto el ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, como el titular de Finanzas, Wolfgang Schäuble, hicieron una encendida defensa del paquete de rescate del euro, que calificaron de "decisivo" para el futuro de la Unión.
"El bienestar en Europa depende también de nuestra decisión", dijo el jefe de la diplomacia alemana, quien, al igual que Schäuble, afirmó que no hay alternativas a las medidas acordadas por la UE y el FMI para defender la moneda única y, con ello, a la Unión Europea y sus ciudadanos.
Ante la presencia del gabinete ministerial al completo con la canciller federal, Angela Merkel, a la cabeza, ambos criticaron duramente a la oposición por eludir su responsabilidad al propugnar la abstención e, incluso, el rechazo al paquete para el rescate del euro.
Tan contundentes o más duros aun fueron los oradores de la oposición, como el presidente del SPD, Sigmar Gabriel, quien acusó a Merkel y su equipo de practicar "juegos tácticos" que han acabado irritando incluso a sus socios en la UE, así como de defender un día posturas que dos semanas después resultaban ser opuestas.
"Usted sólo fue una canciller valiente mientras era vigilada por los socialdemócratas", dijo Gabriel en alusión a la gran coalición que gobernó el país hasta hace menos de un año, tras criticar abiertamente la alianza actual entre la Unión y los liberales y sus incumplidas e incumplibles promesas de rebajas fiscales.
Al igual que los oradores del SPD y La Izquierda, el líder verde Jürge Trittin acusó a Merkel de incumplimiento de palabra por, una vez llegada la votación del paquete, no haber entregado previamente el documento con su contenido a los partidos en el Bundestag.
Al igual que un toro, "Merkel es conducida con un aro en la nariz" por los mercados financieros, dijo en un tono mas satírico aún el líder parlamentario de La Izquierda, Gregor Gysi, quien acusó a la canciller de reaccionar y no actuar desde que comenzó la crisis financiera.
La aprobación del paquete de rescate del euro por parte de las dos cámaras alemanas, que deberá ser rubricada aún por el presidente federal, Horst Köhler, se produjo poco antes del comienzo de la reunión en Bruselas de ministros comunitarios de Finanzas (Ecofin), que deben estudiar un endurecimiento del Pacto de Estabilidad de la UE. EFE
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