Era el residente más longevo de la localidad de Litate, a unos 40 kilómetros de la central de Fukushima. El gobierno japonés ordenó que la zona quede desierta ante el riesgo por la radiactividad.
Detrás de cada uno de los sobrevivientes al terremoto de Japón hay una historia. Un anciano de 102 años que llevaba toda su larga vida como residente de la localidad de Litate prefirió quitarse la vida antes que abandonar su pueblo.
Él y su familia debían ser evacuados ante el riesgo por la radiactividad, ya que Litate se encuentra a unos 40 kilómetros de la central nuclear de Fukushima.
Esto debía cumplirse a razón de que el gobierno japonés tuvo que extender la zona de evacuación alrededor de la planta tras registrar altos niveles de radiación.
Al principio fueron obligadas a evacuar decenas de miles de personas que vivían en un radio de 20 kilómetros respecto a Fukushima. Después se incluyó Litate y otras cuatro localidades en el área que debía quedar desierta, precisa el portalInfobae.com
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