Inundaciones que empeoraron durante la Navidad, elevan a diez el número de personas que han perdido la vida en las riadas que se suceden en el país desde finales del pasado noviembre.
Al menos tres personas han muerto a causa de las inundaciones en el estado de Queensland, al noreste de Australia, donde el Ejército comenzó hoy a distribuir provisiones en las zonas más afectadas.
Estas tres muertes provocadas por las inundaciones que empeoraron durante la Navidad, elevan a diez el número de personas que han perdido la vida en las riadas que se suceden en el país desde finales del pasado noviembre, según las autoridades australianas.
Una persona murió en una zona situada al oeste de la localidad de Emerald, en la región central del estado, cuando el vehículo en el que viajaba fue arrastrado por una tromba de agua.
El cadáver de un hombre de 38 años, que desapareció tras ser arrastrado por una riada cuando pescaba a bordo de una barca, fue localizado hoy lunes en Tannum Sands, unos 140 kilómetros al sur de la ciudad Rockhampton, que con unos 75.000 habitantes es una de las más afectadas por las inundaciones.
La primera víctima mortal de las inundaciones que empeoraron hace casi dos semanas, fue una mujer de 41 años que el pasado sábado fue engullida por la corriente cuando intentaba cruzar el río Leichhardt, cerca de la localidad de Burketown, junto a otras ocho personas que viajaban en dos automóviles.
La policía consiguió sacar de los vehículos atrapados en el agua al resto de los pasajeros, entre ellos tres menores, pero no a la mujer, cuyo cadáver fue encontrado también hoy a dos kilómetros del lugar del siniestro.
La primera ministra Julia Gillard, dijo que dotaciones militares distribuirán en unas 48 horas más de 50 toneladas de alimentos y otros productos de primera necesidad en las áreas que están aisladas o que se teme pueden quedar en esa situación.
Además de suministros, el Gobierno australiano ha autorizado el desembolso de ayudas económicas de 1.000 dólares por persona y de hasta 25.000 dólares para cada negocio dañado.
"Esto es un desastre natural de gran proporción y para la recuperación hará falta que pase un tiempo considerable", dijo la jefa del Ejecutivo australiano por medio de un comunicado.
Hasta el momento, 200.000 ciudadanos de 22 localidades del estado de Queensland están afectados por las inundaciones, consideradas las peores ocurridas en las últimas cinco décadas.
De acuerdo a la previsiones de las autoridades, las inundaciones no disminuirán en varias zonas del estado a lo largo del mes de enero.
Varios aviones militares C-130 comenzaron a transportar ayuda para los damnificados de Rockhampton, cuyo aeropuerto está cerrado debido a que la pista de aterrizaje está inundada, ante el riesgo de que las riadas bloqueen en las próximas horas el único acceso por carretera que aún comunica esta localidad con el exterior.
El nivel del caudal del río Fitzroy alcanzó hoy, antes de lo previsto, los 9 metros y se teme que si llega a 9,4 metros, Rockhampton habrá quedado totalmente incomunicada, con unas 400 viviendas anegadas y otras miles de afectadas.
La líder del Gobierno de Queensland, Anna Bligh, dijo desde esa localidad que esta mañana ya había 150 casas inundadas y que cerca del millar de hogares tenían el agua ante el umbral de sus puertas.
"El caudal de agua de este río ha alcanzado un nivel histórico y desafortunadamente habrá de transcurrir mucho tiempo antes de que descienda", advirtió Blingh a la prensa.
La policía participa también en las tareas de asistencia a comunidades de las localidades de St George y Surat, a unos 500 kilómetros al oeste de Brisbane, en las que se hacen preparativos a contrarreloj ante el riesgo de desbordamiento del río Balonne.
En estas localidades, los agentes empezaron a recomendar a los residentes en áreas con mayor riesgo que evacúen sus casas y se dirijan a los centros de acogida o a viviendas de familiares situadas en zonas altas.
EFE
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