La doctora que extendió su certificado de defunción, ahora apartada del servicio, no le escuchó latido cardiaco ni movimiento pulmonar, explicó el Hospital General de Tulancingo.
La recién nacida que fue dada por muerta en un hospital mexicano y que "resucitó" poco antes de ser sepultada no presentaba movimiento pulmonar ni latido cardiaco tras su nacimiento, aseguraron a Efe fuentes del centro hospitalario.
La doctora que extendió su certificado de defunción, ahora apartada del servicio, "no le escuchó latido cardiaco ni movimiento pulmonar", explicó hoy el director del Hospital General de Tulancingo (Hidalgo, centro del país), Adolfo Martínez.
Se trató de un embarazo de riesgo, afirmó. La madre, una joven de 17 años que daba a luz por segunda vez, presentaba un embarazo de 24 semanas "con lo que el feto era lógicamente muy pequeño y no viable", y con una gestación tan corta "son muy pocos los recién nacidos que sobreviven", explicó el director del centro.
Adolfo Martínez relató que, además, a la madre se le rompieron las membranas "y empezó a expulsar mucho líquido", por lo que hubo que adelantar el parto para evitar la muerte del feto.
Todos estos antecedentes, las elevadas estadísticas de mortandad y la falta de latido cardiaco llevaron a la doctora a firmar el certificado de defunción y a ordenar su traslado al mortuorio.
El director del hospital definió lo ocurrido como un caso "muy extraño e inexplicable" desde el punto de vista médico.
"No sabemos en qué momento se restableció la función cardiaca y pulmonar", añadió. El responsable del centro médico supo pronosticar qué secuelas podría tener la bebé tras lo ocurrido "porque sus órganos están inmaduros".
El Hospital General de Tulancingo ya ha apartado del servicio a la doctora responsable del incidente e investiga al resto del personal médico del turno en el que ocurrió éste para determinar si hubo más responsables con los que tomar esta medida disciplinaria.
La recién nacida fue dada por muerta este lunes en el centro hospitalario aunque horas después, poco antes de ser sepultada, sus familiares oyeron ruidos en el pequeño ataúd y comprobaron que se movía. Al abrirlo, vieron que la niña estaba llorando.
La recién nacida fue trasladada a un hospital privado de Tulancingo, donde permanece "estable" y con buen estado de salud. La Procuraduría (fiscalía) del estado de Hidalgo ya ha abierto una investigación.
La doctora que atendió el parto y los trabajadores del hospital que resultasen implicados por el juez que lleva el caso podrían haber incurrido en un delito de responsabilidad profesional, dijeron fuentes judiciales.
Dicho delito no está tipificado como grave, lo que impide detener a los presuntos responsables, si bien dependiendo del grado de responsabilidad se podría dictaminar su libertad bajo fianza.
EFE
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