La investigación a petrolera británica derivó en que la plataforma Deepwater Horizon recibió tres indicadores de problemas varios minutos antes de accidente del 20 de abril.
Múltiples señales de alerta precedieron la explosión de la plataforma petrolera del grupo británico BP, que mató a once operarios y provocó el derrame que desde hace más de un mes contamina el Golfo de México, señalaron el martes legisladores que investigaron el hecho.
Haciendo referencia a una investigación interna de la gigante petrolera BP respecto al accidente del 20 de abril, los representantes Henry Waxman y Bart Stupak indicaron que antes de la explosión, la plataforma Deepwater Horizon recibió tres indicadores de problemas.
"Uno fue 51 minutos antes de la explosión cuando empezó a salir más flujo del pozo del que era bombeado", dijeron en un memorándum los dos titulares de la comisión de energía y comercio de la Cámara.
Otro indicador sonó 41 minutos antes del estallido, cuando el petróleo seguía fluyendo, lo que hizo aumentar la presión inesperadamente.
Luego, 18 minutos antes del siniestro "se observaron presiones anormales y retorno de lodo y la bomba se cerró abruptamente", agregó el memorándum.
También hubo señales de que los operarios intentaron controlar la presión antes de la explosión que desató un enorme derrame de petróleo que todavía asola toda la región del Golfo de México.
British Petroleum (BP) afirmó el martes que en los "próximos días" lanzará la operación consistente en inyectar barro en el pozo averiado para reducir la presión y sellarlo con cemento.
"Están en curso los últimos preparativos para tratar de cerrar el pozo. Si las operaciones se desarrollan bien (..) se tomará una decisión esta tarde (martes) o mañana temprano en cuanto a una tentativa de taponar el pozo mañana" miércoles, indicó por su parte ante el Senado David Hayes, secretario adjunto del departamento de Asuntos Internos, encargado de la gestión de los recursos naturales.
BP trata de parar de todas las maneras posibles el escape de petróleo a 1.500 metros de profundidad provocado por el siniestro de la plataforma situada a 70 km de las costas estadounidenses.
En el caso de que este nuevo intento fracasase, la compañía tiene previstas otras operaciones aunque no antes de finales de mes.
En Washington, la Casa Blanca anunció que el presidente Barack Obama viajará a Luisiana para "evaluar" las operaciones contra el derrame, en momentos en que su gobierno es presionado para que asuma la dirección de las tareas en el Golfo de México, por ahora en manos de la petrolera británica BP.
De su lado, la encargada de cuestiones medioambientales en la Casa Blanca, Carol Browner, admitió a la cadena ABC que se trata de la peor marea negra de la historia del país.
"Desgraciadamente, creo que no hay ninguna duda sobre ello", dijo.
Hasta ahora, el peor derrame en Estados Unidos era el del petrolero Exxon Valdez, que chocó con un arrecife en la bahía de Prince William en Alaska en marzo de 1989, vertiendo unas 38.800 toneladas de crudo.
Los humedales de Luisiana (sur) son una zona de reproducción de peces, cangrejos y camarones y representan 2.400 millones de dólares anuales para la industria de la pesca y el turismo.
La Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de Estados Unidos (NOAA) amplió el martes en 20.000 Km2 la zona cerrada a la pesca en el Golfo de México, que ahora abarca 140.000 km2.
"Es una medida de precaución para garantizar que los mariscos del Golfo pueden consumirse con seguridad", dijo la NOAA.
Además, 77% de las aguas estadounidenses del Golfo de México siguen abiertas a la pesca, agregó.
En el mercado de Biloxi, una ciudad costera del vecino estado de Misisipi, el precio del camarón aumentó 10% desde el inicio de la crisis, según los vendedores consultados por la AFP.
El presidente de British Petroleum (BP), Carl-Henric Svanberg, admitió que la imagen de la empresa no será la misma debido al siniestro.
"Por supuesto que nuestra reputación se verá perjudicada, pero esperemos a ver cómo lo hacemos sellando el pozo y limpiando el vertido", dijo al rotativo londinense Financial Times.
También defendió al director general de la compañía, Tony Hayward, que hace "un gran trabajo", pese a las duras críticas que le llueven en Estados Unidos y lo "difícil" de la tarea.
"Se está haciendo todo lo que se puede", insistió.
El lunes, Hayward evaluó la probabilidad de éxito del nuevo procedimiento en "entre 60 y 70%".
BP destaca que una operación de ese tipo nunca ha sido llevada a cabo a tanta profundidad.
AFP
Haciendo referencia a una investigación interna de la gigante petrolera BP respecto al accidente del 20 de abril, los representantes Henry Waxman y Bart Stupak indicaron que antes de la explosión, la plataforma Deepwater Horizon recibió tres indicadores de problemas.
"Uno fue 51 minutos antes de la explosión cuando empezó a salir más flujo del pozo del que era bombeado", dijeron en un memorándum los dos titulares de la comisión de energía y comercio de la Cámara.
Otro indicador sonó 41 minutos antes del estallido, cuando el petróleo seguía fluyendo, lo que hizo aumentar la presión inesperadamente.
Luego, 18 minutos antes del siniestro "se observaron presiones anormales y retorno de lodo y la bomba se cerró abruptamente", agregó el memorándum.
También hubo señales de que los operarios intentaron controlar la presión antes de la explosión que desató un enorme derrame de petróleo que todavía asola toda la región del Golfo de México.
British Petroleum (BP) afirmó el martes que en los "próximos días" lanzará la operación consistente en inyectar barro en el pozo averiado para reducir la presión y sellarlo con cemento.
"Están en curso los últimos preparativos para tratar de cerrar el pozo. Si las operaciones se desarrollan bien (..) se tomará una decisión esta tarde (martes) o mañana temprano en cuanto a una tentativa de taponar el pozo mañana" miércoles, indicó por su parte ante el Senado David Hayes, secretario adjunto del departamento de Asuntos Internos, encargado de la gestión de los recursos naturales.
BP trata de parar de todas las maneras posibles el escape de petróleo a 1.500 metros de profundidad provocado por el siniestro de la plataforma situada a 70 km de las costas estadounidenses.
En el caso de que este nuevo intento fracasase, la compañía tiene previstas otras operaciones aunque no antes de finales de mes.
En Washington, la Casa Blanca anunció que el presidente Barack Obama viajará a Luisiana para "evaluar" las operaciones contra el derrame, en momentos en que su gobierno es presionado para que asuma la dirección de las tareas en el Golfo de México, por ahora en manos de la petrolera británica BP.
De su lado, la encargada de cuestiones medioambientales en la Casa Blanca, Carol Browner, admitió a la cadena ABC que se trata de la peor marea negra de la historia del país.
"Desgraciadamente, creo que no hay ninguna duda sobre ello", dijo.
Hasta ahora, el peor derrame en Estados Unidos era el del petrolero Exxon Valdez, que chocó con un arrecife en la bahía de Prince William en Alaska en marzo de 1989, vertiendo unas 38.800 toneladas de crudo.
Los humedales de Luisiana (sur) son una zona de reproducción de peces, cangrejos y camarones y representan 2.400 millones de dólares anuales para la industria de la pesca y el turismo.
La Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de Estados Unidos (NOAA) amplió el martes en 20.000 Km2 la zona cerrada a la pesca en el Golfo de México, que ahora abarca 140.000 km2.
"Es una medida de precaución para garantizar que los mariscos del Golfo pueden consumirse con seguridad", dijo la NOAA.
Además, 77% de las aguas estadounidenses del Golfo de México siguen abiertas a la pesca, agregó.
En el mercado de Biloxi, una ciudad costera del vecino estado de Misisipi, el precio del camarón aumentó 10% desde el inicio de la crisis, según los vendedores consultados por la AFP.
El presidente de British Petroleum (BP), Carl-Henric Svanberg, admitió que la imagen de la empresa no será la misma debido al siniestro.
"Por supuesto que nuestra reputación se verá perjudicada, pero esperemos a ver cómo lo hacemos sellando el pozo y limpiando el vertido", dijo al rotativo londinense Financial Times.
También defendió al director general de la compañía, Tony Hayward, que hace "un gran trabajo", pese a las duras críticas que le llueven en Estados Unidos y lo "difícil" de la tarea.
"Se está haciendo todo lo que se puede", insistió.
El lunes, Hayward evaluó la probabilidad de éxito del nuevo procedimiento en "entre 60 y 70%".
BP destaca que una operación de ese tipo nunca ha sido llevada a cabo a tanta profundidad.
AFP
Comparte esta noticia