La gran mayoría de las víctimas eran habitantes de barriadas pobres de invasión construidas en áreas montañosas consideradas como de riesgo.
El número de muertos por los deslizamientos de tierra causados por las lluvias en el estado de Río de Janeiro subió hoy a 110, según las autoridades, que buscan todavía a 60 desaparecidos.
El nuevo balance de la tragedia fue divulgado hoy por el gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, tras una reunión con el ministro de Integración Nacional, Joao Santana, enviado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva para coordinar la ayuda del Gobierno federal a los damnificados.
El encuentro se llevó a cabo en Niteroi, ciudad vecina a Río de Janeiro, que fue la más afectada por el prolongado temporal del lunes y martes, con cerca de 51 muertos y 2.025 damnificados, y donde el alcalde Jorge Roberto Silveira declaró el estado de calamidad pública y luto oficial por una semana.
De los 60 desaparecidos que estarían bajo los escombros en que quedaron convertidas decenas de casas sepultadas por deslizamientos de tierra, 47 son buscados en favelas de Niteroi construidas en las laderas de los morros.
La gran mayoría de las víctimas eran precisamente habitantes de barriadas pobres de invasión construidas en áreas montañosas consideradas como de riesgo.
La Defensa Civil de Río de Janeiro, segunda ciudad más afectada, con 47 muertes, informó que desde la tarde del lunes ha atendido 806 llamadas de emergencias para avisar de desmoronamiento de viviendas, deslizamientos de tierras y caída de muros.
El balance oficial en Río de Janeiro también registra 104 personas que sufrieron heridas y fueron trasladadas a hospitales públicos, 180 viviendas desalojadas por estar en áreas de peligro y 2.134 damnificados.
La lluvia finalmente cesó en la mañana de hoy en algunas partes del área metropolitana de Río de Janeiro y el sol volvió a aparecer para los cariocas, pero el alcalde de la ciudad, Eduardo Paes, alertó que aún hay peligro de nuevos derrumbes en áreas consideradas de riesgo.
Los meteorólogos prevén que las lluvias deben proseguir hasta el jueves, aunque con una menor intensidad a la que cayeron lunes y martes.
Pese a que algunas calles de la ciudad todavía estaban inundadas hoy y otras bloqueadas por deslizamientos, la urbe comenzó a recobrar su normalidad este miércoles y el transporte público volvió a fluir.
Los comercios y oficinas volvieron a funcionar hoy, pero no así las escuelas, que por orden de la alcaldía y la gobernación permanecieron cerradas.
Los temporales del lunes y martes fueron considerados como los peores sufridos por Río de Janeiro en 40 años y los meteorólogos dijeron que el volumen de agua que cayó en doce horas es más del doble del esperado para todo el mes de abril.
El agua inundó ayer las principales vías de la ciudad y la paralizó por completo durante todo el día.
Por la noche, muchos barrios de Río de Janeiro quedaron a oscuras por fallas en el servicio de energía. EFE
El nuevo balance de la tragedia fue divulgado hoy por el gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, tras una reunión con el ministro de Integración Nacional, Joao Santana, enviado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva para coordinar la ayuda del Gobierno federal a los damnificados.
El encuentro se llevó a cabo en Niteroi, ciudad vecina a Río de Janeiro, que fue la más afectada por el prolongado temporal del lunes y martes, con cerca de 51 muertos y 2.025 damnificados, y donde el alcalde Jorge Roberto Silveira declaró el estado de calamidad pública y luto oficial por una semana.
De los 60 desaparecidos que estarían bajo los escombros en que quedaron convertidas decenas de casas sepultadas por deslizamientos de tierra, 47 son buscados en favelas de Niteroi construidas en las laderas de los morros.
La gran mayoría de las víctimas eran precisamente habitantes de barriadas pobres de invasión construidas en áreas montañosas consideradas como de riesgo.
La Defensa Civil de Río de Janeiro, segunda ciudad más afectada, con 47 muertes, informó que desde la tarde del lunes ha atendido 806 llamadas de emergencias para avisar de desmoronamiento de viviendas, deslizamientos de tierras y caída de muros.
El balance oficial en Río de Janeiro también registra 104 personas que sufrieron heridas y fueron trasladadas a hospitales públicos, 180 viviendas desalojadas por estar en áreas de peligro y 2.134 damnificados.
La lluvia finalmente cesó en la mañana de hoy en algunas partes del área metropolitana de Río de Janeiro y el sol volvió a aparecer para los cariocas, pero el alcalde de la ciudad, Eduardo Paes, alertó que aún hay peligro de nuevos derrumbes en áreas consideradas de riesgo.
Los meteorólogos prevén que las lluvias deben proseguir hasta el jueves, aunque con una menor intensidad a la que cayeron lunes y martes.
Pese a que algunas calles de la ciudad todavía estaban inundadas hoy y otras bloqueadas por deslizamientos, la urbe comenzó a recobrar su normalidad este miércoles y el transporte público volvió a fluir.
Los comercios y oficinas volvieron a funcionar hoy, pero no así las escuelas, que por orden de la alcaldía y la gobernación permanecieron cerradas.
Los temporales del lunes y martes fueron considerados como los peores sufridos por Río de Janeiro en 40 años y los meteorólogos dijeron que el volumen de agua que cayó en doce horas es más del doble del esperado para todo el mes de abril.
El agua inundó ayer las principales vías de la ciudad y la paralizó por completo durante todo el día.
Por la noche, muchos barrios de Río de Janeiro quedaron a oscuras por fallas en el servicio de energía. EFE
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