El aumento de estos macabros hechos es un reflejo, en opinión de expertos, del creciente descontento entre la población china debido al abismo entre ricos y pobres.
Cuatro desempleados chinos que denunciaron a su antigua empresa por considerar injusto su despido se amputaron y tragaron sus propios dedos como medida de protesta desesperada para llamar la atención sobre su caso, informó hoy el diario "Global Times".
Los cuatro, procedentes de la provincia central china de Hunan, habían llegado hasta Pekín para pedir justicia sobre su caso, sin obtener respuesta hasta el momento, por lo que el fin de semana decidieron realizar la macabra amputación en la universidad donde estudiaron los líderes chinos, la de Tsinghua.
Los cuatro peticionarios posaron sus manos sobre libros delante de cientos de transeúntes y cada uno se amputó la falange superior de su meñique con un cuchillo de carnicero y a continuación lo engulleron.
La policía detuvo a los cuatro y a continuación los expulsó de Pekín.
En la capital china residen decenas de miles de estos peticionarios que acuden a Pekín en busca de justicia contra casos de corrupción, desempleo o expropiaciones de terrenos en sus provincias acogiéndose a una ley de época imperial.
En los últimos años las autoridades chinas se han deshecho de ellos de forma ilegal, recurriendo a la contratación de bandas que se dedican a perseguirlos, encerrarlos en cárceles ilegales, maltratarlos y devolverlos a sus provincias de origen.
El aumento de estas incidencias es un reflejo, en opinión de los expertos, del creciente descontento entre la población china debido al cada vez mayor abismo entre ricos y pobres. EFE
Los cuatro, procedentes de la provincia central china de Hunan, habían llegado hasta Pekín para pedir justicia sobre su caso, sin obtener respuesta hasta el momento, por lo que el fin de semana decidieron realizar la macabra amputación en la universidad donde estudiaron los líderes chinos, la de Tsinghua.
Los cuatro peticionarios posaron sus manos sobre libros delante de cientos de transeúntes y cada uno se amputó la falange superior de su meñique con un cuchillo de carnicero y a continuación lo engulleron.
La policía detuvo a los cuatro y a continuación los expulsó de Pekín.
En la capital china residen decenas de miles de estos peticionarios que acuden a Pekín en busca de justicia contra casos de corrupción, desempleo o expropiaciones de terrenos en sus provincias acogiéndose a una ley de época imperial.
En los últimos años las autoridades chinas se han deshecho de ellos de forma ilegal, recurriendo a la contratación de bandas que se dedican a perseguirlos, encerrarlos en cárceles ilegales, maltratarlos y devolverlos a sus provincias de origen.
El aumento de estas incidencias es un reflejo, en opinión de los expertos, del creciente descontento entre la población china debido al cada vez mayor abismo entre ricos y pobres. EFE
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