La multimillonaria Liliane Bettencourt interpuso la demanda contra su hija porque está "cansada" de la batalla judicial y mediática emprendida por ésta.
La multimillonaria Liliane Bettencourt, principal accionista del grupo L"Oréal, interpuso hoy una denuncia por "violencia moral" contra su propia hija, con quien mantiene un enfrentamiento público desde hace meses que ha derivado en un sonado escándalo político y financiero en Francia.
En un comunicado difundido por su abogado, Pascal Wilhelm, se precisa que Bettencourt rechaza haber sido "víctima de nadie, ni siquiera de su hija", pero se añade que está "cansada" de la batalla judicial y mediática emprendida por ésta.
La anciana Bettencourt "no quiere que la desacrediten más, que la manipulen e impidan su libertad de movimiento y de palabra cuando además todos los intentos de acercamiento han fracasado", continúa la nota.
La denuncia, interpuesta en el juzgado de Nanterre (a las afueras de París), responde a los tres intentos de su hija, Françoise Meyers-Bettencourt, de conseguir colocar a su madre bajo tutela judicial, al considerarla incapaz de gestionar su fortuna de unos unos 17.000 millones de euros (unos 23.747 millones de dólares).
Los dos primeros intentos fueron desestimados por la Justicia, que aún no se ha pronunciado sobre el tercero de ellos, que data de principios de este mismo mes.
Los representantes legales de Bettencourt entienden que el reiterado intento en un corto espacio de tiempo de retirar la capacidad jurídica a la octogenaria es "inaceptable" y constituye un delito, según declaró recientemente uno de sus abogados.
Por su parte, Olivier Metzner, el letrado que representa a la hija de Bettencourt, dijo a medios locales que la demanda supone echar piedras sobre el propio tejado de la ofendida multimillonaria, ya que la ley describe a la víctima de violencia moral como a una "persona vulnerable".
La denuncia marca un nuevo capítulo en el cisma familiar que rodea a la mujer más rica de Francia, que comenzó cuando hace cerca de un año su hija la acusó de dilapidar una importante parte de su patrimonio en favor del fotógrafo y escritor François-Marie Banier, íntimo amigo de la multimillonaria.
Según su única hija, el fotógrafo se habría aprovechado de la "debilidad" de su madre, de 87 años, para conseguir recibir unos mil millones de euros (en torno a 1.400 millones de dólares) en forma de regalos y de seguros de vida, además de suculentos contratos de asesoría artística para el grupo L"Oréal.
Por eso, Françoise Meyers-Bettencourt ha intentado en varias ocasiones intentar que los jueces declaren a su madre incapaz de gestionar su fortuna.
En medio del enfrentamiento familiar, surgieron unas grabaciones secretas de un mayordomo de Bettencourt cuyas revelaciones elevaron el escándalo a un caso de presunta evasión de impuestos y financiación ilegal de partidos que salpica al Gobierno galo y que ha derivado en media docena de investigaciones judiciales. EFE
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