Así lo indicó el ministro de Defensa del país sudaméricano, quien actualmente analiza la información de los Dassault Rafale, F18 y los Gripen.
EE.UU. ha prometido transferir a Brasil la tecnología militar vinculada a los cazas F-18 si la empresa Boeing gana la licitación de 36 aviones que el país suramericano pretende comprar, dijo hoy el ministro brasileño de Defensa, Nelson Jobim.
La Administración de Washington "afirma que apoya el proyecto, habla de un 98 por ciento (de transferencia de tecnología)", dijo Jobim a la prensa tras una reunión con su par estadounidense, Robert Gates.
No obstante, reconoció que la oferta presentada por la empresa francesa Dassault lleva la delantera en el concurso público.
"El presidente (Luiz Inácio Lula da Silva) ha manifestado su predisposición política en relación a Francia, pero es evidente que eso tiene que tener un soporte técnico y en eso precisamente es en lo que estoy yo trabajando", afirmó.
Jobim analiza actualmente los detalles de las tres ofertas de aviones de combate, que además de los F-18 de Boeing y los Rafale de Dassault incluyen los caza Gripen de la sueca SAAB, y dijo que entregará su recomendación a Lula dentro de 20 días.
Posteriormente, el mandatario brasileño llevará el tema al Consejo de Defensa Nacional, un órgano asesor, y tras recibir su opinión tomará la decisión final.
Jobim afirmó que la oferta ganadora debe contemplar la capacitación de personal brasileño sobre los nuevos equipos, además de la transferencia de tecnología.
En ese sentido, la secretaria de Estado de EE.UU, Hillary Clinton, ha comunicado al Gobierno brasileño que su administración autoriza la entrega de "informaciones relevantes y la transferencia de tecnologías necesarias" por parte de Boeing.
Jobim dijo que ahora analiza lo que significan "esos adjetivos" con la propuesta estadounidense en la mano.
Las otras dos ofertas también cuentan con la transferencia de tecnología, inclusive en el caso de la SAAB, cuyos cazas incorporan piezas y sistemas de varios países, como Estados Unidos, Alemania, Israel, Reino Unido y Sudáfrica.
Gates solicitó el encuentro de hoy con Jobim, que en principio sólo tenía previsto visitar Nueva York, y en la reunión acordaron un viaje del secretario estadounidense a Brasil en abril, según el ministro.
Jobim también confirmó una próxima visita de Clinton a Brasil, aunque no dio fechas.
En su encuentro con Gates, el ministro brasileño le planteó la "gran desconfianza de América del Sur con respecto a Estados Unidos", según explicó.
Gates admitió esa falta de confianza, pues "simplemente hay países que hablan mal" de Estados Unidos, dijo Jobim. El Pentágono no hizo declaraciones sobre el tema.
Jobim, que partió para Cuba para participar de la comitiva del presidente Lula, quien llegará hoy a La Habana, dijo que una de las fuentes de la tirantez es el embargo estadounidense a la isla caribeña y pidió un cambio en su política de aislamiento.
Aseveró, además, que la cooperación estadounidense en la reconstrucción a Haití ayuda a disipar esa desconfianza existente en la región.
Jobim admitió que en los primeros días tras el terremoto hubo tensión sobre las competencias respectivas de las tropas estadounidense y de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah), liderada militarmente por Brasil, pero dijo que el asunto fue resuelto pronto.
Ahora lo importante es agilizar la financiación de las obras de reconstrucción, dijo.
Brasil ha propuesto construir una pequeña hidroeléctrica con capacidad para generar 32 megavatios de energía para Puerto Príncipe, con un costo estimado de 200 millones de dólares.
"Necesitamos ayuda para eso y Estados Unidos está dispuesto a ayudar", dijo Jobim, que trató el tema con Gates y con el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de EE.UU., almirante Mike Mullen, con quien también se reunió en Washington. EFE
La Administración de Washington "afirma que apoya el proyecto, habla de un 98 por ciento (de transferencia de tecnología)", dijo Jobim a la prensa tras una reunión con su par estadounidense, Robert Gates.
No obstante, reconoció que la oferta presentada por la empresa francesa Dassault lleva la delantera en el concurso público.
"El presidente (Luiz Inácio Lula da Silva) ha manifestado su predisposición política en relación a Francia, pero es evidente que eso tiene que tener un soporte técnico y en eso precisamente es en lo que estoy yo trabajando", afirmó.
Jobim analiza actualmente los detalles de las tres ofertas de aviones de combate, que además de los F-18 de Boeing y los Rafale de Dassault incluyen los caza Gripen de la sueca SAAB, y dijo que entregará su recomendación a Lula dentro de 20 días.
Posteriormente, el mandatario brasileño llevará el tema al Consejo de Defensa Nacional, un órgano asesor, y tras recibir su opinión tomará la decisión final.
Jobim afirmó que la oferta ganadora debe contemplar la capacitación de personal brasileño sobre los nuevos equipos, además de la transferencia de tecnología.
En ese sentido, la secretaria de Estado de EE.UU, Hillary Clinton, ha comunicado al Gobierno brasileño que su administración autoriza la entrega de "informaciones relevantes y la transferencia de tecnologías necesarias" por parte de Boeing.
Jobim dijo que ahora analiza lo que significan "esos adjetivos" con la propuesta estadounidense en la mano.
Las otras dos ofertas también cuentan con la transferencia de tecnología, inclusive en el caso de la SAAB, cuyos cazas incorporan piezas y sistemas de varios países, como Estados Unidos, Alemania, Israel, Reino Unido y Sudáfrica.
Gates solicitó el encuentro de hoy con Jobim, que en principio sólo tenía previsto visitar Nueva York, y en la reunión acordaron un viaje del secretario estadounidense a Brasil en abril, según el ministro.
Jobim también confirmó una próxima visita de Clinton a Brasil, aunque no dio fechas.
En su encuentro con Gates, el ministro brasileño le planteó la "gran desconfianza de América del Sur con respecto a Estados Unidos", según explicó.
Gates admitió esa falta de confianza, pues "simplemente hay países que hablan mal" de Estados Unidos, dijo Jobim. El Pentágono no hizo declaraciones sobre el tema.
Jobim, que partió para Cuba para participar de la comitiva del presidente Lula, quien llegará hoy a La Habana, dijo que una de las fuentes de la tirantez es el embargo estadounidense a la isla caribeña y pidió un cambio en su política de aislamiento.
Aseveró, además, que la cooperación estadounidense en la reconstrucción a Haití ayuda a disipar esa desconfianza existente en la región.
Jobim admitió que en los primeros días tras el terremoto hubo tensión sobre las competencias respectivas de las tropas estadounidense y de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah), liderada militarmente por Brasil, pero dijo que el asunto fue resuelto pronto.
Ahora lo importante es agilizar la financiación de las obras de reconstrucción, dijo.
Brasil ha propuesto construir una pequeña hidroeléctrica con capacidad para generar 32 megavatios de energía para Puerto Príncipe, con un costo estimado de 200 millones de dólares.
"Necesitamos ayuda para eso y Estados Unidos está dispuesto a ayudar", dijo Jobim, que trató el tema con Gates y con el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de EE.UU., almirante Mike Mullen, con quien también se reunió en Washington. EFE
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