Fue detenido un empleado del geriátrico donde estaban internadas ambas víctimas, acusado del crimen. Las ancianas presentaban quemaduras en la boca, la garganta y la tráquea.
El empleado de un geriátrico de la localidad española de Olot (noreste) detenido por el presunto asesinato de una anciana el pasado domingo, utilizó un producto corrosivo que al parecer volvió a usar unos días antes para matar a otra mujer, informaron hoy a Efe fuentes de la investigación.
La mujer que murió el fin de semana, Paquita Gironés, de 85 años, fue hallada en estado grave por los trabajadores del centro y trasladada a un hospital, donde falleció.
La mujer presentaba quemaduras en la boca, la garganta y la tráquea.
Al descartarse que la muerte de la mujer se debiera a causas naturales o a un suicidio, los Mossos d"Esquadra (policía regional de Cataluña) detuvieron al trabajador del geriátrico Joan Vila, de 45 años de edad.
Los investigadores descubrieron que el día 12, seis días antes de la muerte de esta mujer, otra anciana del geriátrico, de 87 años, murió por los mismo motivos.
Según informaron a Efe fuentes de la investigación, el modus operandi en ambos casos fue el mismo, de forma que las dos ancianas fueron obligadas a ingerir un líquido abrasivo, presuntamente por Vila, que permanece detenido y este jueves pasará a disposición judicial.
Las autoridades intentan averiguar si la lista de víctimas pudiera ser más amplia.
La defunción registrada el día 12 fue certificada en su momento como "natural" y, según los Mossos d"Esquadra, la anciana no presentaba signos de violencia, por lo que su caso fue muy diferente al de la segunda, a la que se trasladó al hospital todavía con vida.
La actitud del trabajador nunca había despertado recelo alguno entre sus compañeros ni entre los internos, dijo a Efe el director del geriátrico, Joan Sala.
Tanto los internos como sus parientes son reacios a creer en la culpabilidad del detenido, del que insisten en destacar el buen trato que mostraba siempre con los ancianos.
El presunto homicida llevaba unos cinco años trabajando los sábados y domingos en el centro geriátrico. EFE
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