El presidente Joe Biden prometió que EE.UU. ayudará a Filipinas a modernizar sus Fuerzas Armadas y se comprometió a defender el país asiático en caso de que sea atacado, en virtud de un acuerdo de defensa mutua que ambas naciones firmaron en 1951, en plena Guerra Fría.
El presidente estadounidense, Joe Biden, y su homólogo filipino, Ferdinand Marcos Jr., acordaron este lunes estrechar la cooperación militar para hacer frente a las ambiciones expansionistas de Pekín en el mar de China Meridional.
Al inicio de una reunión en Washington, Biden prometió que EE.UU. ayudará a Filipinas a modernizar sus Fuerzas Armadas y se comprometió a defender el país asiático en caso de que sea atacado, en virtud de un acuerdo de defensa mutua que ambas naciones firmaron en 1951, en plena Guerra Fría.
"Estados Unidos reitera su férreo compromiso con la defensa de Filipinas, incluido el mar de China Meridional, y continuaremos apoyando la modernización militar de Filipinas", se comprometió Biden frente a las cámaras de televisión en el Despacho Oval de la Casa Blanca.
Por su parte, Marcos Jr. valoró positivamente la cooperación militar con Estados Unidos para frenar las "crecientes tensiones" en el mar de la China Meridional y consideró que la región del Asia Pacífico enfrenta "la situación geopolíticamente más complicada del mundo".
El encuentro entre los dos líderes tenía de trasfondo el conflicto territorial en el mar de China Meridional, donde China y Filipinas se disputan la soberanía del atolón Scarborogh y parte del archipiélago Spratly.
Justo el viernes, Manila denunció que el pasado 23 de abril barcos chinos habían hecho "maniobras peligrosas" alrededor del atolón Ayungin y habían puesto en peligro la tripulación de unos guardacostas filipinos, algo que Pekín niega al defender que sus barcos solo estaban defendiendo la soberanía nacional del país.
Estados Unidos ya condenó ese incidente durante el fin de semana y exigió a China que cesara las "provocaciones" en el mar de la China Meridional, por el que circula el 30 % del comercio global y que alberga el 12 % de los caladeros mundiales, además de yacimientos de petróleo y gas.
Más allá de esas palabras de condena, la Casa Blanca anunció este lunes el envío a Filipinas de tres aviones militares C-130, un modelo que lleva fabricándose desde hace casi 70 años con varias actualizaciones y que utilizan para el transporte muchas Fuerzas Armadas del mundo.
Además, la Casa Blanca anunció la transferencia de seis naves guardacostas, entre los que se incluyen dos buques Cyclone, cuya venta a Filipinas ya fue aprobada en abril y que ahora se encuentran de camino al país asiático, según se detalla en un comunicado.
Acuerdos suscritos
Los buques Cyclone fueron utilizados, por ejemplo, durante la guerra de Irak en 2003, pero la Armada de EE. UU. ya los retiró de sus puertos, por lo que las últimas unidades que quedan de estos barcos se están vendiendo a países como Filipinas, Egipto y Bahréin.
Según explicaron altos funcionarios estadounidenses, uno de los objetivos principales de EE.UU. con la transferencia de ese armamento es reforzar la capacidad de las Fuerzas Armadas filipinas para defenderse en el mar, un área en la que el Ejército Popular de Liberación de China está haciendo grandes inversiones.
Asimismo, Biden y Marcos Jr. firmaron este lunes un acuerdo para mejorar la cooperación entre las Fuerzas Armadas de los dos países en todos los planos, desde combate aéreo, marítimo y terrestre hasta la cooperación en ciberseguridad y en el espacio.
Los dos presidentes también suscribieron acuerdos sobre iniciativas económicas, educativas y para luchar contra la crisis climática.
Entre otras cosas, Biden anunció que enviará a Filipinas una misión comercial, la primera de este tipo, con el objetivo de aumentar la inversión de empresas estadounidenses en la economía filpinas con un énfasis especial en la transición a las energías limpias y los minerales críticos, claves para construir desde paneles solares hasta ordenadores.
Las relaciones entre EE.UU. y Filipinas han mejorado desde que Marcos Jr. llegó al poder en junio de 2022. Durante el Gobierno de Rodrigo Duterte (2016-2022), los nexos entre los dos países se agriaron debido a las violaciones de derechos humanos cometidas durante su mandato y su acercamiento a China.
(Con información de EFE)
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