El examen psiquiátrico practicado a Josef Fritzl reveló que posee un enorme narcisismo y una incapacidad emocional.
Josef Fritzl, conocido como el "monstruo de Amstetten", acusado de haber encerrado y violado a su hija durante 24 años, está recibiendo apoyo psiquiátrico como medida de apoyo para prevenir su suicidio.
"Hemos puesto a disposición de Josef F. un psiquiatra que le acompaña desde hace ya semanas antes del juicio", explicó Hubert Günsthofer, un responsable del centro penitenciario en Sankt Pölten, donde está interno el acusado.
"Durante el proceso el psiquiatra le acompaña y está a su disposición durante las pausas y al final de la jornada", agregó el responsable penitenciario.
"Esta es una medida que se emplea para prevenir el suicidio", explicó Günsthofer.
Franz Cutka, portavoz de la Audiencia Provincial de Sankt Pölten, que acoge el proceso, precisó que mañana se escuchará la opinión de la experta que realizó un peritaje psicológico del acusado.
Cutka aseguró que durante el juicio Fritzl seguirá en la penitenciaría actual y que será el tribunal el que decida dónde cumplirá la sentencia o si es ingresado en una "institución psiquiátrica".
La psiquiatra Adelheid Kastner, autora del informe pericial sobre la personalidad del acusado, deberá responder mañana las preguntas del tribunal sobre la situación mental de Fritzl.
En el informe pericial de 170 páginas se indica que, bajo una superficie banal se esconde, en palabras del propio Fritzl, "una vena maligna".
El informe recoge el testimonio del acusado, que llega a indicar de sí mismo que "para alguien que nació para la violación", se contuvo "mucho tiempo".
Según la autora del peritaje, existe el riesgo de que en el futuro Fritzl "cometa actos con graves consecuencias".
Aún así el informe descarta que el llamado "Carcelero de Amstetten" sufra algún tipo de enfermedad mental y estima que en el pasado fue perfectamente consciente de sus actos.
El examen psiquiátrico realizado revela una "alteración de las preferencias sexuales", un enorme narcisismo y una "incapacidad emocional" que le impide sentir empatía con el sufrimiento de sus víctimas.
- EFE-
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