Homenaje paralizó el centro de la capital escandinava y estuvo encabezada por la familia real noruega y el primer ministro del país, Jens Stoltenberg.
Noruega entera se sumió hoy a mediodía (10.00 GMT) en un minuto de silencio nacional en recuerdo de las 93 personas que murieron el viernes en el doble atentado del centro de Oslo y en el campamento juvenil de la vecina isla de Utøya.
El homenaje paralizó el centro de la capital escandinava y estuvo encabezada por la familia real noruega y el primer ministro del país, el laborista Jens Stoltenberg, en un acto solemne frente al edificio central de la Universidad de Oslo.
"Para recordar a las víctimas en el barrio gubernamental de Oslo y en Utøya, declaro un minuto de silencio en todo nuestro país", dijo escuetamente Stoltenberg para iniciar el minuto de silencio.
Cientos de personas congregadas en los memoriales improvisados en varios puntos de la capital enmudecieron, el transporte público se detuvo y las televisiones locales callaron por 60 segundos, tras casi 48 horas de información ininterrumpida sobre la tragedia, mientras en todo Oslo tan sólo se percibía el graznido de las gaviotas.
A continuación, el rey Harald y Stoltenberg se adentraron en el auditorio del complejo universitario para abrir con su firma el libro oficial de condolencias en el más estricto silencio.
El minuto, observado también en los países escandinavos, tuvo lugar una hora antes de que el autor confeso de los ataques, Anders Behring Breivik, comience a declarar en el juzgado de distrito de Oslo en relación con el doble atentado, según el horario oficial anunciado.
Su declaración se realizará finalmente a puerta cerrada, tal y como solicitó la policía, pese a que el acusado pidió que se permitiera la entrada de los medios.
Breivik, noruego de 32 años definido como un fundamentalista cristiano, islamófobo y ultraderechista, había solicitado la presencia de medios en su declaración con el fin de obtener una mayor repercusión para sus tesis.
El presunto autor de los atentados, que tiene previsto declararse "no culpable", ya se confesó único responsable de la doble matanza ante la policía, a la que explicó que la tragedia fue "atroz", pero "necesaria", tal y como relató a los medios posteriormente su abogado, Geir Lippestad.
Además, su defensor explicó que Breivik aseguraba no sentir culpa por la masacre que había cometido, alegando que iba a ser el desencadenante de su "revolución".
El pasado viernes por la tarde un potente coche bomba estalló frente al Ministerio de Petróleo y Energía de Noruega, matando a siete personas, y dos horas después un hombre disfrazado de policía irrumpió en el campamento de las juventudes socialdemócratas noruegas en Utøya y asesinó a tiros a al menos 86 personas, en su mayoría menores de 20 años.
EFE
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