Wilfredo Torres, el peruano que en 2015 obsequió un chullo al papa Francisco, recordó la emotiva experiencia que vivió con el sumo pontífice durante un almuerzo al que fue invitado por su labor de voluntariado.
El acobambino Wilfredo Torres recordó en RPP el emotivo encuentro que tuvo con el papa Francisco en 2015, durante un almuerzo en el comedor San Francisco Poverino, en la ciudad de Florencia (Italia). En aquella ocasión, el peruano, quien realizaba labores de voluntariado en el hospital San Juan de Dios, se acercó al sumo pontífice para obsequiarle un chullo.
"(En 2015) el Papa Francisco visitó Florencia y en uno de esos momentos de estadía le hicieron un almuerzo para compartir con los pobres migrantes. Yo fui invitado en aquel entonces por el comedor que se llama San Francisco Poverino [...] Lo que más me impresionó y vi desde el primer momento fue su sencillez y su humildad", contó Torres Avellaneda en el programa Ampliación de Noticias.
El connacional recordó que, al llegar al comedor, el papa Francisco comenzó a saludar uno por uno a los presentes. Cuando ya se encontraba cerca de él, sacó el chullo que llevaba consigo y le preguntó si podía obsequiárselo. El sumo pontífice aceptó con amabilidad el gesto. "Le puse ahí el chullo y fue un momento de emoción que nadie se lo esperaba, nadie. La gente que estaba ahí, todos los que hemos ido a almorzar, empezaron a aplaudir porque el papa se sintió muy alegre, muy contento", rememoró.
Wilfredo aprovechó el momento para dedicarle al papa unas palabras llenas de emoción. "Este chullo le doy a nombre de mi pueblo Acobamba, de la provincia de Tarma, y de todo el Perú entero", le dijo al patriarca de la Iglesia Católica. "El padre se quedó contentísimo en aquel entonces", recordó.
Un periodista italiano que se encontraba presente en el comedor destacó el gesto de Torres Avellaneda como un acto de profundo cariño. Incluso comentó, con emoción, que “el peruano le robó el corazón al papa”.
El papa Francisco falleció a los 88 años la mañana de este lunes en su residencia de la Casa Santa Marta, tras más de dos meses de problemas respiratorios que lo mantuvieron hospitalizado durante 38 días en Roma.
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